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SANTIAGO.- "Un respiro". Eso es lo que se está tomando Carola Rivas, la ministra que indaga la muerte y desaparición de Jorge Matute Johns, en Concepción, cuya investigación cumplirá 16 años la próxima semana. Está a cargo del caso desde el 28 de julio de 2014, pero los cuatro últimos meses han sido los más intensos, dice.
Con dedicación exclusiva —la que dejó a contar de este mes—, asegura que en este tiempo entrevistó a entre 50 y 70 personas, y que la hipótesis que se planteó el año pasado, tras leer las 32 mil fojas del expediente, ya está tomando cuerpo, informa "El Mercurio".
Apunta a que la víctima ingirió en cápsula el pentobarbital, anestésico que se halló en los restos tras exhumarlos. Cuenta que "a partir de la investigación y de los profesionales que nos asesoraron, descubrimos una forma oral, a través de cápsulas, que podía alcanzar los mismo niveles (altas concentraciones de toxicidad)", que las vías endovenosa o intramuscular.
"Nuestra hipótesis apunta a una administración oral, por constituir un hecho más equivalente a las circunstancias en las cuales estaba Coke cuando se pierde su rastro", comenta.
¿O sea en una discoteca, en un día de fiesta electrónica?
"Sí, porque nadie se imagina que alguien ande con una jeringa en una discoteca haciendo dormir a la gente. Quizás la ingesta a través de una cápsula aparece como aquello que puede presentarse como con una violencia física no tan marcada".
Eso sí, reconoce que aún no tiene un delito, porque no ha logrado acreditar la forma en la que el fármaco llegó al cuerpo del joven de 23 años.
"Seguimos trabajando en las posibilidades de la ingesta bajo engaño, bajo coerción, con una intención de hacerle daño, de matarlo, con una intención incluso de cometer algún atentado sexual contra él, o (que lo haya ingerido) sin conocer los efectos. En ese sentido, no tenemos la respuesta hoy día", precisa.
El suicidio está descartado, porque el cuerpo no se fue a arrojar solo a la orilla del río Biobío, a la altura del km 22,6 de la Ruta de la Madera, donde fue hallado en febrero de 2004, a cuatro años de su desaparición.
La hipótesis de la ministra tiene sospechosos. No dice quiénes son, pero sí que da mucho valor a las primeras declaraciones de la causa.
"Le hemos puesto atención a todos los que parecieron esenciales en las primeras horas de la desaparición, entre ellos hemos vuelto a analizar los relatos de Gerardo Roa, de las hermanas Maldonado (María José y María Paz) —las personas con las que Matute llegó a "La Cucaracha"—, los relatos de la gente de la discoteca, y nos hemos encontrado en varios de estos relatos en situaciones no solo contradictorias, sino que situaciones de hecho imposibles".
Por lo mismo, critica que eso no hubiese sido advertido por los investigadores de la época y contrastado para obtener una explicación.
El problema, añade, es que muchos de esos testimonios pudieron ser derechamente falsos o manipulados por los policías que los recogieron, porque la calidad de los investigadores que participaron en las diligencias iniciales es de "una incompetencia que es vergonzosa", sostiene, lo que ha dificultado su investigación.
"Hay una policía que fue bastante más incompetente que la otra. Carabineros en las primeras diligencias es un desastre, los carabineros que investigaron, que eran de Concepción, carecían de las competencias para ser investigadores, cometieron errores, muchos. Los relatos que tomaron a personas muy importantes están manipulados y siguieron siendo manipulados en orden a hechos que ellos querían establecer. Entonces, hay prueba de la cual debemos desconfiar".
¿En forma intencionada?
"La verdad es que hasta este momento solo voy a hablar de incompetencia".
También desliza críticas a la primera jueza a cargo de la causa, Flora Sepúlveda. "Se les da orden de investigar en paralelo a Investigaciones y a Carabineros, y ambas policías corren como si esta fuera una carrera de quién llega primero, y en esta carrera los codazos eran para un lado y para otro, y quién se hacía las zancadillas primero, o sea, ese desastre de las primeras diligencias es increíble", expresa.
A modo de ejemplo, cuenta que ambas policías analizan el sitio del suceso varias veces y en días distintos, y uno halla sangre que el otro no encontró antes: "Tengo seis sitios del suceso y a ninguno puedo creerle que hizo la pega como correspondía".
¿Se podrá llegar a determinar la forma en que el barbitúrico llegó al cuerpo y quiénes son los responsables?
"Sigo manteniendo mi optimismo y estamos trabajando en todas esas posibilidades".
¿Se puede hacer algo más o se está agotando la investigación?
"Agotamos todas las diligencias que me parecían esenciales para determinar ciertos hechos que nos permiten construir la hipótesis que relaciona el fármaco con la muerte de Coke y, eventualmente, hasta un secuestro".
El "respiro" que, dice, se está dando ahora, es para "tomar ciertas decisiones y ver qué caminos seguiremos con todo lo esencial ya cumplido".
Afirma que la investigación no está cerrada y que "responsables tiene que haber, si este tóxico no apareció de la nada. Que Coke aparezca tirado a 30 km ya es un delito". Al menos, "una inhumación ilegal", advierte.
Y precisa que "una cosa es cómo se produce la ingesta y la muerte, y otra cosa es cómo se produce la desaparición del cuerpo", por lo que está viendo ambos temas por separado.
Sobre si habrá procesados pronto, responde que no lo anunciará por la prensa.
