La mamá de Cristóbal, Vivianne, permanece con él intentando conectarlo con el mundo de la manera más amigable posible.
El Mercurio (archivo)
SANTIAGO.- Cristóbal Gelfenstein
despertó hoy luego de que el sábado recibiera el doble trasplante de pulmón que esperó por exactos 90 días.
A pocas horas de que esto ocurriera, su madre Vivianne Perey contó a
Emol cómo han sido las primeras horas con él ya consciente: "Me acaba de mirar y decir que me quiere mucho. Lo mejor del día", relató.
"Estoy con él despierto, pero está incómodo y desorientado", explicó la madre del joven de 14 años que debido a una hemangiomatosis pulmonar permaneció durante tres meses a la cabeza de la lista de espera de donación de órganos.
"Habla, pero no se le entiende mucho por la sedación y por el tubo, pero cada ratito (sic) le entiendo más. A ratos habla incoherencias y se desespera, se enoja porque no le entiendo a veces", relató la madre de "Cris" desde la Unidad de Tratamientos Intensivos de la Clínica Las Condes donde permanece internado luego de ser derivado desde la Unidad Coronaria.
Aún no se da cuenta que tiene pulmones nuevos
La emoción que se vive en la clínica según manifestó su madre es máxima. De hecho ella confesó mantener permanentemente una de sus manos tomadas a la de él: "no me suelto, él me necesita".
"Llora, le caen lágrimas porque aún no se da cuenta que está mejor, todavía no cae que está listo y con pulmones nuevos. A veces se queda dormido unos cinco minutos. Es duro verlo así, lo admiro, pero es lo que hay que pasar para que esté mejor", dijo su madre emocionada cuando aún no se cumplen doce horas desde que Cristóbal despertó.
Hasta hora el joven ha sido visitado sólo por su papá y su hermana- quien hoy dio la PSU y lo alcanzó a ver entre pruebas- además de parte del equipo médico como enfermeras y kinesiólogos, a quienes según relató Perey ha ido identificando de a poco, ya que ellos lo acompañaron en esta espera. "Son voces conocidas que él adora y ellos lo quieren mucho".
Tiene hambre y escucha Linkin Park
Como buen adolescente Cristóbal Gelfenstein está inquieto y su mamá intenta conectarlo al mundo con las cosas que a él le gustan.
"Le puse una canción de Linkin Park, se llama 'Waiting for the end' para que se vaya conectando con el mundo y él me pidió que le trajera audífonos", comentó Perey.
"Me dice que tiene hambre, que quiere almorzar. Me preguntó por su cadenita. Se mueve mucho, su invasión es máxima, pero los doctores me dicen que está todo bien", aseguró.
