SANTIAGO.- Cerca de $400 costaba transportar a cada pasajero del Transantiago en 2010. Hoy ese mismo servicio le cuesta al sistema $700, un monto levemente superior al del precio de un pasaje y 80% mayor al de cinco años atrás (ver gráfico).
Este sostenido aumento lo evidencia un estudio realizado por Libertad y Desarrollo (LyD), a partir de las validaciones del sistema y los pagos del Estado a los operadores de buses, informa "El Mercurio".
Según el autor del análisis, el especialista en transportes Rodrigo Troncoso, esta tendencia sigue avanzando y en pocos años duplicará y hasta triplicará los costos iniciales.
"Es un síntoma de los pocos incentivos que tiene el sistema. No está logrando contener los costos totales ni la evasión. Como esta última también aumenta, se profundiza el déficit. Esta dinámica obedece a que el pago a los operadores está diseñado para que cubran sus costos. Si ellos los aumentan, eso representa un problema solo en el corto plazo, pero en el mediano y largo plazo, se les pagará con los reajustes al subsidio, que están ocurriendo cada dos años", señala.
El año pasado, el Parlamento aprobó un nuevo subsidio de US$ 1.185 millones al Transantiago. Con ello, el sistema ha recibido, desde 2007, aportes estatales cercanos a los US$ 16.000 millones. Según LyD, ello podría haber financiado parte del plan de infraestructura 2025, planteado por el gobierno anterior, y que incluye 14 extensiones y líneas de metro y trenes, además de siete corredores para buses, entre otras obras.
De acuerdo al ministro de Transportes, Andrés Gómez-Lobo, "los costos han aumentado por varios motivos. Por el dólar, el IPC, sobre todo. Esta industria tiene un costo anual de $1.000 millones y con un IPC 1% más alto, eso significa $10 mil millones más. Por otra parte, está el salario de los conductores y la determinación de la Dirección del Trabajo, que considera (la conducción) un trabajo pesado. Por otra parte, el precio de la electricidad ha influido en los costos del metro".
El estudio de LyD también formula propuestas para detener la sangría de recursos en los próximos contratos con los operadores, que se firmarán en 2017.
Entre las medidas, Troncoso plantea incentivos para reducir los costos y la evasión en los próximos contratos. Asimismo, sugiere medidas estructurales como la estatización de los depósitos de los buses, con el objetivo de reducir las barreras de entrada a nuevas empresas y facilitar la operación de recorridos de distintas firmas en un terminal.
Para el especialista en transportes de la UDP, Louis de Grange, "además se requieren empresas más chicas, unas 30 con un máximo de 400 buses cada una. Como los articulados fueron un fracaso, es necesario contar con buses más chicos, como los de 9 ó 12 metros. Los terminales ya no fueron expropiados y eso fue un tremendo error".