Con la Ley de Inclusión, los colegios no podrán suspender a los alumnos por presentación personal o falta de útiles escolares.
El Mercurio (Archivo)
SANTIAGO.- A seis días de la entrada en vigencia de la Ley de Inclusión -que prohíbe el lucro y termina con el copago y la selección- apoderados acusan falta de información respecto a sus alcances, mientras que los sostenedores de colegios advierten que esta normativa tiene "vacíos".
Una de las mayores dudas es sobre las medidas que pueden tomar los establecimientos ante el incumplimiento de las normas internas, luego que una circular de la Superintendencia de Educación -para hacer operativa la Ley de Inclusión- prohibiera suspender a los alumnos por no tener textos, útiles o uniformes escolares, con el fin de resguardar los derechos de los jóvenes, según publica hoy
"El Mercurio".
La presidenta de la Confederación de Padres y Apoderados (Confepa), Erika Muñoz, sostuvo que sus pares "se están confundiendo, porque están de acuerdo en que no se puede echar a un niño de la sala, pero también les importa que haya disciplina al interior del colegio".
Por su parte, el presidente de la Asociación Metropolitana de Padres y Apoderados (Amdepa), Eduardo Catalán, añadió que "ha faltado comunicación a los padres, que nos informen qué cosas nos permitirá hacer esta ley, no que lo informen a través de un link en internet".
Respecto a los supuestos "vacíos" que tendría la ley, el presidente de Colegios Particulares de Chile (Conacep), Hernán Herrera, planteó que los padres aceptan el reglamento del colegio al momento de ingresar a este: "No tiene lógica que un incumplimiento al reglamento no pueda ser sancionado. ¿Qué pasa si un niño va a un colegio católico con un polerón con la cruz invertida? Eso es atentar contra ese proyecto educativo", señaló.
Su opinión fue respaldada por el abogado de la Federación de Instituciones de Educación Particular (FIDE), Rodrigo Díaz, quien dijo que el uso del uniforme y la apariencia personal del alumno en un establecimiento de la Iglesia pasa por la adhesión de la familia al proyecto educativo.
En esa línea, indicó que si el alumno no quiere acatar el reglamento del establecimiento, se le llamará al apoderado, y si insiste en no utilizar el uniforme del colegio, el establecimiento tomará otras medidas. "Si se mantiene la lógica de ir contra el uniforme, eventualmente a fin de año no se le renovará la matrícula al alumno", advirtió.
En la Sociedad Educacional (Seduc) -que administra seis colegios ligados al Opus Dei- indicaron que siempre han buscado que los reglamentos internos estén en línea con la normativa vigente, y que si "se producen casos particulares que requieren de un análisis a la luz de dichos reglamentos, se resolverán en conjunto con los padres".