SANTIAGO.- Dos peruanos, un hombre y una mujer, fueron detenidos este lunes en el control fronterizo Chacalluta, 20 km al norte de Arica, por su responsabilidad en el ingreso ilegal a Chile de una ciudadana dominicana. Y ayer martes, en el mayor operativo policial de ese tipo de este año, 18 extranjeros —14 dominicanos y cuatro colombianos, hombres y mujeres con edades promedio de 30 años— fueron detectados en la línea del tren Arica-Tacna, cerca del Hito 1 y junto a zonas de campos minados.
Son los últimos casos de ingresos ilegales de migrantes a Chile por la frontera con Perú, donde las únicas vías relativamente seguras de minas antipersonales son la orilla de playa y la vía ferroviaria. Ahí, según registros del Departamento de Extranjería y Policía Internacional de la PDI, durante esta década, en promedio, una persona es detenida al día y solo en lo que va del año 94 personas fueron detectadas e interceptadas, según informa "El Mercurio".
Las cifras año a año muestran un aumento importante. "Fueron 147 personas en 2011; 189 en 2012; 238 en 2013; 499 en 2014, y 764 en 2015. Desde hace tres años, los dominicanos representan más del 90% de ese flujo y desplazaron a los colombianos. Los primeros son los que más tienen ese modus operandi, porque se les exige visa para ingresar a Chile", explica el subprefecto Cristián Villalobos, jefe de Extranjería de la PDI en Arica.
Añade que si bien existe una cifra negra entre detectados y quienes logran eludir los controles, "no es significativa por la gran cantidad de detecciones. Si no son detenidos en la frontera o en Arica, lo son en Cuya, 100 km al sur, en controles carreteros a todo tipo de vehículos, sobre todo buses".
En su viaje a Chile, los migrantes son contactados en Tacna, donde se les cobra hasta US$ 1.000 por persona.
"Los acercan a la frontera, pero los ‘coyotes’ —como se les llama a los integrantes de esas bandas— ya no se arriesgan a cruzar a Chile porque son detenidos. Por eso nos extrañó la última detención de los dos ciudadanos peruanos en Chacalluta", indica Villalobos.
"Esto no nos gusta y nos provoca gran preocupación", añade.
El embajador de República Dominicana en Chile, Pablo Maríñez, atribuye el masivo ingreso ilegal de sus compatriotas a "una percepción de que hay muy buenas condiciones económicas en este país".
El diplomático agregó: "Pero esto es nuevo. Los dominicanos antes no venían como fuerza laboral, venían por turismo y a estudiar".
El representante diplomático indicó que realizan campañas para difundir los riesgos que implica cruzar por zonas con campos minados.
"Cuando esto comenzó, hicimos convocatorias en la embajada a los miembros de la comunidad dominicana para instruirlos. Aprovechamos para plantear los riesgos que esto implica y que se lo comuniquen a sus familiares y amigos", dice.
Caso de Colombia
Desde la legación de Colombia se indicó que, según instrucción de su Cancillería y normas internacionales, no hablan de ingresos ilegales, sino de "irregularidad migratoria".
Se indicó que la representación "cuenta con la figura jurídica y social de la asistencia consular", la que le permite abordar individualmente los casos.
Esa asesoría, añaden, no se trata de una disuasión para que retornen a Colombia o descarten sumar nuevos miembros de la familia al país, ya que "se estaría transgrediendo el derecho a migración". Pero admiten "preocupación" y "conciencia" de los riesgos que implican los cruces fronterizos por el norte de Chile, que cuenta con zonas en proceso de desminado.
"A las personas se les advierte no solo de los riesgos de entrar por ahí, sino que también de llegar sin los debidos documentos", indicaron.
En Arica, la primera ciudad que suele recibir ese tipo de migración, el alcalde Salvador Urrutia asegura que se les brinda atención en salud y educación, sobre todo a los menores, "pero somos una ciudad de paso para ellos, porque buscan trabajo en zonas mineras con remuneraciones más altas, como Iquique, Antofagasta y Calama, o en Santiago".
Con todo, admite que la situación supera la capacidad económica de la comuna.