SANTIAGO.- Hasta ahora, Chile es uno de los seis países del mundo donde el aborto no está permitido bajo ninguna circunstancia, y el único de Sudamérica. Pero esa situación podría cambiar de aprobarse el proyecto de ley que despenaliza la interrupción del embarazo en tres causales específicas: riesgo de vida de la madre, inviabilidad del feto y violación.
Esta es una de las tres reformas principales del Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet y ha generado una fuerte tensión en el Parlamento desde el inicio de su discusión. Y no solamente con la oposición, sino que también ha evidenciado las diferencias que existen al interior de la Nueva Mayoría, específicamente con los miembros de la Democracia Cristiana, ya que gran parte ha mostrado sus reticencias con el proyecto.
A pesar de lo anterior la iniciativa fue aprobada en la comisión de Constitución de la Cámara de Diputados este miércoles y ahora le corresponde ser votado en la comisión de Hacienda para finalizar su tramitación en Sala.
69%
de los chilenos aprueba despenalizar la interrupción del embarazo en tres causales, según la encuesta Cadem Plaza Pública
Pero no sólo en el Congreso hay diferencias de opiniones frente a este tema, en el país en general los ciudadanos están divididos entre los llamados "pro vida" o contrarios al aborto, y los "pro aborto" que apoyan su despenalización.
A pesar de que el aborto terapéutico estuvo permitido hasta 1989 y que, según la encuesta Cadem,
un 69% de los chilenos apoya su despenalización en tres causales, hay un minoritario 26% que no está de acuerdo (el 5% restante no manifestó opinión al respecto).
87% de los jóvenes chilenos
está a favor del aborto terapéutico: Un 60% lo aprueba bajo ciertas circunstancias y un 27% en cualquier caso. El estudio fue aplicado por el Injuv a más de mil jóvenes entre 15 y 29 años
¿Cuáles son las razones de la minoría que hoy se niega a ver el aborto como una opción? ¿Es sólo una cosa de religión? En
Emol te mostramos lo que piensan algunos de los que se oponen a este proyecto, pero que sin embargo están abiertos a que se legisle sobre otras materias igual de controversiales, como matrimonio homosexual, adopción homoparental y consumo de marihuana.
"No es terapéutico"
En esa línea Pía Rossi de 34 años y madre de dos hijos, cree que el aborto terapéutico “no existe. Porque no es terapia de nada y creo que es un simple uso de palabras que pretende suavizar el término real”.
Con su opinión coincide Camila Poblete estudiante de 25 años y que reside en Ñuñoa. Para ella, el "aborto terapéutico sugiere terapia y no creo que haya una sanación mental luego de un aborto sino más bien un trauma".
"Yo era de las que opinaba 'el cuerpo es mío y hago lo que quiero', pero desde cerca conozco el dolor de una mujer que al no poder ser madre decide adoptar y llenar de amor un alma a la que llamará su hijo", insiste.
73%
de los chilenos está de acuerdo con el aborto en caso de violación, mientras que un 74% apoya la interrupción del embarazo en caso de inviabilidad del feto un 78% si existe riesgo de vida de la madre
La guagua no tiene la culpa
Otro aspecto que critican quienes se declaran en contra del proyecto, es el punto que apela a la inviabilidad con la vida del ser que está por nacer, en ese sentido Joaquín Olea, estudiante, cree que "las cosas que pasan, aunque sean malas y duelan siempre ayudan a crecer. En caso de violación, estoy en contra porque el bebé no tiene la culpa. En el único caso que lo justificaría sería en niñas de menos de 12 años".
"Esa guagua no tiene la culpa y estaríamos privando al mundo de quizás un espectacular ser humano sólo por el acto inhumano y feroz a través del cual fue concebido”, coincide Pía Rossi, y agrega que “a través del aborto se está castigando a la guagua y no al violador. Se está intentando corregir una atrocidad con otra".
Asimismo Camila dice conocer de cerca un caso donde una mujer víctima de una violación quien decidió tenerlo y darlo en adopción. "Éste viene 18 años después y le agradece la oportunidad de haber vivido y ser feliz con la familia que lo adoptó".
¿Qué va a ser considerado "inviabilidad"?
Pía explica que el problema es el criterio que se va a utilizar. "Me preocupa qué se considerará ‘inviabilidad’. No quiero que a partir de la despenalización se empiece a elegir el tipo de hijo que queremos o, mejor dicho, el que no queremos".
"No siempre se sabe con certeza si un feto es inviable o no. Ante esa duda siempre me abstendría de hacer un aborto", agrega Joaquín.
Para Camila, la "inviabilidad del feto" como causal de un aborto terapéutico "se prestaría para que cualquier persona por un motivo distinto quisiera abortar. Se armaría un despelote y además creo que se prestaría para el lucro en doctores que los hicieran o autorizaran".
Camila, Pía y Joaquín están a favor de la píldora del día después, apoyan la despenalización del consumo de marihuana, el matrimonio igualitario y la adopción homoparental, pero el tema del aborto es algo que dicen no transar.
Radicalmente en contra de todas las causales
El pasado martes 1 de marzo el diario El Mercurio publicó un inserto que no pasó desapercibido. El texto, firmado por María Elena Troncoso Delpiano, decía "Señora Presidenta, en defensa de la vida NO permita que en el gobierno de una mujer en Chile, se apruebe la primera ley de aborto (asesinato a seres humanos). Lo solicita una abuela como usted".
Troncoso tiene 74 años, se considera una férrea defensora de la vida y se desempeña de manera voluntaria como secretaria ejecutiva de la Comisión Nacional de Bienes Culturales de la Iglesia.
Este aviso lo financió con sus propios medios, lo firmó con su nombre y es parte de su campaña personal en contra del proyecto de despenalización de aborto que se discute en el Congreso.
Para Troncoso la idea de despenalizar el aborto terapéutico se debe a que “Chile sigue siendo dominado por las influencias extranjeras” y asegura que no representa la realidad del país. "Nos han lavado el cerebro con todas estas ideologías extranjeras", insiste.
"Son seres humanos de 1 milímetro, de 2 centímetros (…) hasta que nacen. ¿Cómo se va a dictar una ley para matar seres humanos?", argumenta.
Respecto a la opción de un aborto terapéutico en caso de violación, Troncoso asegura que las deficiencias van en la falta de leyes que castiguen al victimario y de aprobar el proyecto de aborto en tres causales ya que “sin prevenir estamos matando al único ser inocente".
"Primero cuidemos a las niñas, porque tú ves que están mostrando traste y pechuga. Entonces después es obvio. Calientan a los hombres y los hombres hacen lo que quieren con la primera que se les aparece por delante", explica.
En el caso de que la vida de la madre estuviera en riesgo, Troncoso puntualiza que los médicos "pueden luchar hasta el último minuto por salvarlos a los dos. Si no se puede es porque realmente era algo de la naturaleza". Por último, sobre la inviabilidad del feto, cree que son los hospitales los que "deberían hacerse cargo de tener un lugar donde los acojan", pero "no acuchillarlos con un bisturí".
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