AFP
SANTIAGO.- "Nos gusta la Patagonia, es muy hermosa", comenta brevemente un mochilero israelí en el centro de Coyhaique, quien prefiere no dar su nombre y sigue su camino.
No es el único turista de ese país que circula por la ciudad. Su presencia —preferentemente jóvenes— se ha vuelto habitual desde hace más de una década en las regiones de Aysén y Magallanes, que constituyen el destino predilecto de los visitantes de esa nacionalidad que llegan a Chile.
Según cifras de Sernatur, el alza que experimentaron los israelíes en Aysén esta temporada de verano, respecto de igual lapso de 2015, fue la mayor del país, con un 48%. Un incremento que los tiene en el segundo lugar de visitantes: un 4% de los extranjeros que llegan a la región son de Israel, solo superados por los argentinos —que representan el 89%, dada su cercanía— y por encima de brasileños, estadounidenses, franceses y británicos, entre otros.
Cifras que no sorprenden a los ayseninos. Tanto así, que se ha desarrollado una oferta turística especializada en ellos, que busca atraerlos hasta con mensajes en hebreo. "Muchos llegan desde Bariloche y El Calafate. La mayoría son muy jóvenes, recién salidos del servicio militar, que prefieren la Patagonia para vacacionar", afirma Teresa Ormeño, dueña del hospedaje El Ventisquero en Puyuhuapi, quien suele hospedarlos.
"Los turistas de Israel vienen, principalmente, a recorrer un destino turístico más amplio, que abarca el Destino Patagonia, que incluye parte de territorio chileno y argentino. Es un segmento adulto joven, mochileros que les gusta acampar al aire libre y que vienen motivados por el turismo de naturaleza", detalla el director de Sernatur, Gabriel Inostroza.
Felidor Sandoval, guía turístico en Cerro Castillo, asegura que "este año llegaron muchos más. Últimamente también están viniendo grupos de adultos mayores. Hace poco tuvimos uno de 16 personas".
Su procedencia resulta rápidamente identificable: integran alegres, pero cerrados, grupos de no más de seis personas; sus edades fluctúan entre los 18 y 25 años, y el regateo resulta habitual en ellos. Las opiniones en torno a ellos varían, entre aquellos que agradecen su aporte a la economía local y quienes miran con desconfianza sus costumbres.
"Son algo complicados, bulliciosos y generalmente están pidiendo descuentos. Por eso hay lugares que se dedican a atenderlos únicamente a ellos", sostiene Verónica Gallardo, presidenta de la Cámara de Turismo de Puyuhuapi.
En Coyhaique acostumbran a reunirse afuera de los dos supermercados de la ciudad, para aprovisionarse antes de partir a lugares como Termas del Ventisquero, Parque Nacional Queulat y Capillas de Mármol.
"Estoy con un grupo de 10 personas. Preferimos la Patagonia, porque tiene una vegetación que nosotros no tenemos. La gente es amable y la cultura es muy distinta a la nuestra", comenta la joven Sgpir Ushajl (21).