SANTIAGO.- La defensa de Natalia Guerra Jequier, la madre del menor sacrificado en un ritual sectario en el Cerro Colliguay en noviembre de 2012, pidió por segunda vez -la primera fue en marzo de 2014- el sobreseimiento definitivo de su representada, por considerar que es inimputable.
La solicitud -a la que accedió Emol- fue ingresada el pasado 18 de marzo ante el Juzgado de Garantía de Quilpué, que programó para el próximo 28 de abril la audiencia para discutir dicho requerimiento.
De acuerdo a los antecedentes expuestos en el documento, existen tres peritajes psiquiátricos y un peritaje psicológico realizado por la defensa, que "son concordantes y coherentes en que la señorita Guerra Jequier se encontraba en un estado de enajenación mental al momento de la ocurrencia de los hechos".
Incluso, según el escrito, existe un informe emitido por la UEPI del Hospital Philippe Pinel, de fecha 17 de marzo de 2014, sobre la peligrosidad de Guerra que concluye que la joven presenta "grave alteración de las facultades mentales", detallando que durante el momento de ocurridos los hechos, la imputada presentaba una alteración transitoria del juicio de realidad gatillado por el contexto de alto nivel de estrés.
Todo ello, debido a las amenazas en contra de su integridad física y el efecto tóxico derivado del consumo de alucinógenos.
El Anticristo
De acuerdo a los antecedentes reunidos por el fiscal Juan Emilio Gatica, Guerra -formalizada en 2013 por parricidio- habría participado junto a otras siete personas en el sacrificio del hijo que tuvo con el líder de la secta, Ramón Castillo, autodenominado "Antares de la luz".
Lo anterior, porque según reveló el maestro a sus seguidores, el niño debía ser sacrificado porque se trataba del Anticristo.
En su testimonio, Guerra había asegurado a la policía que "toda la comunidad sabía que mi hijo tenía que ser asesinado después de nacer, que había que obedecer a Antares de la luz porque él era dios".
La diseñadora gráfica detalló que tras el nacimiento del lactante, fue llevada hasta el cerro Colliguay donde el grupo levantó un campamento a la espera del fin del mundo, previsto para el 21 de diciembre de 2012.
Una vez allí, relató, observó una excavación y una hoguera, agregando que "Antares le pidió a Pablo Undurraga que me llevara donde él.
"Mi hijo lloraba y no sé cuándo dejó de llorar. Yo estaba destrozada, pero Pablo Undurraga me decía que tenía que ser así, que era mi karma. Presentía lo que iba a ocurrir con el bebé, pero eran órdenes superiores. Antares había matado al bebé arrojándolo al fuego", confesó la mujer.
Sobreseimiento de Undurraga
El martes pasado, en tanto, el tribunal decretó el sobreseimiento definitivo de Undurraga, por considerar que el realizador audiovisual, al momento del homicidio, tenía un juicio de la realidad alterado.
Asimismo, estableció en el fallo que los antecedentes expuestos por la defensa del joven permiten concluir que el imputado sufría de delirio místico y trastorno delirante.