SANTIAGO.- Tal como lo hizo esta semana el ex ministro y actual agente de Chile en La Haya José Miguel Insulza al analizar el proceso constituyente -
con palabras que causaron gran polémica en el Ejecutivo y parlamentarios- que lleva adelante el Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, otro de los conocidos como "pánzers" en la Concertación hizo lo propio.
Esta vez fue el turno el ex titular de Interior y Defensa, Edmundo Pérez Yom, quien asegura que su opinión es secundaria, pues el proceso ya comenzó.
"A estas alturas del partido, definir si me gusta o no me gusta es irrelevante. El hecho concreto es que esto comenzó, está en marcha y hay que llegar a conclusiones. Si va a ser exitoso o no, vamos a verlo en los próximos meses. Pero es muy importante entender que el proceso ya partió, porque hay gente que todavía está en la discusión de si se va a hacer o no. Ahora, lo que es muy importante para que este proceso sea lo que se espera, es que haya una participación grande y eso lo he estado conversando con mucha gente. Algunos están optimistas, otros no tanto", afirmó en una entrevista a
El Mercurio.
-¿Cuánta gente debería participar para que el proceso sea exitoso?
-En el proceso constituyente TuConstitución que hizo Ricardo Lagos participan más de 50 mil personas. Si tomamos en cuenta eso, vamos a tener una participación clara de más de 100 mil personas. Y eso ya lo hace un proceso interesante.
-Jorge Correa Sutil hacía la extrapolación de que si en cada encuentro provincial participaban mil personas, a nivel nacional iba a participar el 0,05% del padrón electoral.
-Bueno, pero si participan 100 mil personas es mejor que veinte, o 100, porque son 100 mil personas interesadas y eso es significativo. Aunque represente a un porcentaje menor de la población, hay que considerar que no es fácil reunir a 100 mil personas para que se junten a debatir un tema tan abstracto y para mucha gente muy desconocido.
-Insulza dijo que el proceso no llevaba a ninguna parte y que era probable que participaran más "los nuestros que los otros".
-Pero José Miguel dijo después que se había expresado mal, que eso no era exactamente lo que él creía y que este proceso contaba con su apoyo.
-¿Usted lo apoya?
-Este proceso ya empezó y no vale la pena darse más vueltas. Hay que incorporarse. Se deben analizar bien las propuestas. Por ejemplo, el deseo de que haya una elección de intendentes o la posibilidad que plantea Andrés Allamand y otras personas, de que debería pasarse de un régimen presidencial a semipresidencial. Eso hay que discutirlo en su integridad, no vale la pena discutir ninguna reforma constitucional como cosas individuales. Porque supongamos que el régimen semipresidencial fuera un tema que empezamos a estudiar con seriedad: junto con eso debemos empezar a estudiar una reforma al sistema electoral, porque tener un sistema semipresidencial con 14 partidos en el parlamento es realmente una cosa que no puede funcionar. Imagínese que ahora en España, con solo cuatro partidos, no han sido capaces de formar Gobierno. Entonces es importante que, si uno va debatir el sistema semipresidencial, considerar que además hay más cosas que hacer.
-Su partido, la DC, también apoya el sistema semipresidencial.
-Sí. Hay mucha gente que le interesa el sistema semipresidencial, lo que yo digo es que eso solo no funciona, tiene que estar en un contexto en que haya una reforma electoral que permita que el sistema semipresidencial pueda funcionar.
-Cuando usted habla de cambiar el sistema electoral para evitar la proliferación de partidos: ¿No es contraproducente con haber cambiado recién el binominal y volver a un sistema que reduce la cantidad de bloques políticos?
-Claro que sería contraproducente, pero no hay manera de tener un sistema semipresidencial con multipartidismo.
El rol del Consejo de Observadores
-Y en cuanto a la elección de intendentes. ¿Qué otro aspecto debe considerarse?
-No se puede discutir la elección de los intendentes sin debatir la verdadera regionalización del país, si vamos a ser un país federado o vamos a seguir siendo unitario. Pero en un país unitario no es tan obvio que los intendentes deban ser elegidos. Por eso, cada vez me convenzo más de que una vez que comenzamos este camino, hay que apoyarlo, aprovecharlo y vigilarlo para ojalá llegar a un buen puerto.
-¿Qué se debe vigilar?
-Que verdaderamente sea un proceso ciudadano, que no sea un proceso en que solamente los partidos políticos y el Gobierno intervienen. En este proceso, el Gobierno no debe intervenir y los partidos sí, pero en las instancias señaladas por el proceso. El peligro más grande es que, por ejemplo, en el cabildo provincial, si se juntan 150 personas, haya 50 de un partido. Lo más importante es que este proceso sea ciudadano.
-¿Cuánto cree que puede incidir la extensión deliberativa de los encuentros?
-Los tiempos están definidos. Y todo eso debe terminar dentro de poco. Se ha tratado de evitar que este proceso se confunda con la elección municipal. Aquí tenemos un período de discusión que termina antes de la elección y las conclusiones se sistematizan y se entregan después de la elección. Entonces el tiempo no es tan largo. Ahora, aquí ha habido un primer problema. La Presidenta entendía que, en definitiva, la sistematización de todas las opiniones que se expresaron en los grupos individuales o en los encuentros provinciales o regionales, la iba a hacer alguien que era una persona de la ONU, del PNUD, que tiene una gran experiencia en sistematización de datos. Y el Consejo de Observadores le dijo que no, que ellos iban a hacer la sistematización de los datos recogidos y que iban a seguir el proceso hasta el final. Creo que el Consejo de Observadores ha tomado un papel muy bueno, han logrado limar sus diferencias, ser un grupo más cohesionado y han tomado independencia respecto del Gobierno y van a ser los verdaderos monitores de esta etapa del proceso.
-El vocero de Gobierno, Marcelo Díaz decía que han ido más allá de sus atribuciones.
-Creo que el Consejo de Observadores tiene que tomarse todas las facultades que le permitan tomarse. No tienen por qué autolimitarse. Si ya hicimos esta reforma que queremos que sea participativa y que la gente opine, es muy importante que no aparezca que es el Gobierno el que está manejando este asunto. Creo que sería un error del Gobierno seguir insistiendo en tratar de meterse en esas funciones si ellos mismos crearon el consejo y está trabajando bien.
-La oposición ha denunciado el intento ideologizador del Gobierno en el proceso.
-Es tan complicada la actitud de la derecha respecto de esto. Porque no hay aporte, solo quejas, calificativos. Que este es un proceso hediondo, turbio, no claro y que necesitan más información. La derecha tiene que definirse de una vez por todas: se va a meter en el proceso o se va a restar del proceso, pero criticar todos los días es una actitud que no ayuda al proceso.
-¿Cree que el proceso pueda derivar en una asamblea constituyente?
-La asamblea constituyente creo que está bastante descartada. Si se tomó este camino, en que podrían participar cerca de 100 mil chilenos, ¿por qué después esto se va a reducir a una asamblea constituyente? No tiene sentido. El Ejecutivo eligió entrar en este proceso constituyente que es bien complicado, porque el Gobierno ha declarado al país en un estado de asamblea por un tiempo largo y eso no se ha hecho en ninguna parte del mundo, nunca, así que estamos navegando en mares ignotos, porque esto no se ha hecho. Pero si ya partimos por este camino, terminar en una asamblea constituyente es completamente fuera de lugar. Aquí se eligió otro camino en que la participación es abierta al que quiera.
-¿Es riesgoso un estado de asamblea permanente como usted dice?
-El estado de asamblea permanente es delicado y el estado de asamblea sin fecha de término le hace mal al país. Pero siempre estos procesos uno los echa a andar y después los actores toman vida propia. Hemos visto lo ocurrido con el Consejo de Observadores. Parece que el Gobierno creía que tenía que hacer tal cosa, pero una vez que lo nombró se ha ido constituyendo y ha tomado vida propia, independiente de lo que quería el Gobierno. Con los cabildos, no sabemos qué va a pasar.