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SANTIAGO.- Honrados se sintieron los Frei cuando hace algunos días el hijo mayor del ex Presidente Patricio Aylwin, Miguel Patricio, les solicitó sepultar a su padre en el mausoleo familiar que poseen en el Cementerio General, donde descansan los restos del ex Mandatario Eduardo Frei Montalva y los de su esposa, María Ruiz Tagle.
Así lo destacó el también ex jefe de Estado, Eduardo Frei Ruiz Tagle, quien esta mañana recordó que cuando el primogénito del clan Aylwin ratificó dicha petición, -debido a que la tumba de don Patricio no estaba lista-, “me dio mucha alegría y le dije ‘se van a juntar nuevamente’”.
“Para nosotros como familia y para la familia Aylwin es un gran honor y al mismo tiempo una gran alegría que se junten en el cementerio”, enfatizó.
Dicho sentimiento fue reforzado por la ex primera dama, Martita Larraechea, quien señaló a Emol que se trata de algo “muy emocionante. Que esté al lado de mi suegra y mi suegro habiendo sido ellos camaradas de toda la vida, de haber sido compañeros, es una cosa que es única en la historia”.
“Se ha dado en este momento en que ellos no han podido terminar su mausoleo y que le hayan pedido al vecino, digamos, poder enterrarse ahí… por supuesto que Eduardo con mucho gusto accedió”, recordó.
En ese contexto, destacó que “va ser una situación muy curiosa. Yo digo cómo irán a conversar ahí, a comentar los últimos acontecimientos, porque yo creo en la otra vida”.
Sana envidia por los Aylwin
Asimismo, Martita destacó la fortaleza que ha tenido su antecesora en el cargo, Leonor Oyarzún, ante la muerte de su esposo. “Nosotros fuimos desde el momento en que él murió y ella ha estado muy tranquila, muy entera, porque fue muy larga la enfermedad de don Patricio para ella, muy demandante”.
“Toda la familia, han sido todos una ‘piña’ en torno a su madre durante todo este tiempo largo y ella también ha estado delicada de salud y toda la familia ha estado ahí, por eso es que siempre hay que cuidar la familia”, subrayó.
Finalmente, dentro de todo el pesar que ha provocado la muerte de Aylwin, destacó la paz en la que se dio. “Fue una cosa tan bonita, estar en su cama, en su casa. A nosotros nos hubiera gustado que mi suegro muriera igual que él, en su cama, en su casa, rodeado de su familia y no asesinado en una clínica”, concluyó.