El viernes pasado concluyó el traslado de todos los pacientes desde el antiguo hospital.
Pablo Mardones, El Mercurio
SANTIAGO.- "Las primeras atenciones de urgencia, de accidentes pequeños obviamente, las tuvimos que hacer con toalla Nova porque no habían apósitos ni material estéril". Así de crítica describe que es la situación en el Hospital de Rancagua el vicepresidente de la Federación Nacional de Trabajadores de la Salud, Jorge Faúndez.
Todo a raíz de que el pasado 22 de abril concluyó el traslado total de los 200 pacientes y los 2.600 funcionarios desde el recinto antiguo al nuevo edificio de seis pisos , 90 mil metros cuadrados y con una capacidad para 550 camas y que contó con una inversión de $74 mil millones. Sin embargo, los trabajadores alegan que no tienen insumos y que la estructura cuenta con varias deficiencias estructurales.
Según explicó Faúndez a Emol, en el hospital no hay guantes, jeringas, sueros ni tampoco medicamentos, debido a que "la directora (Sonia Correa) nos dijo que no debíamos traer nada de eso del otro hospital porque acá estaba todo. Sin embargo llegamos y nos encontramos con la sorpresa".
"En maternidad fueron atender el primer parto y no tenían nada. El doctor tuvo que partir en un auto a buscar insumos al hospital antiguo", comentó el dirigente.
Destitución de la directora
Debido a lo anterior, los funcionarios del hospital iniciaron una paralización indefinida, pues también aseguran que a pesar de tratarse de un nuevo edificio ya han detectado deficiencias en su construcción.
"En el servicio de alimentación, donde se prepara la producción de alimentos para los pacientes, hay filtraciones de un baño por lo que caen aguas servidas. En el servicio de leche dietético (Sedile), donde se prepara la leche especial para los niños, hay dos cámaras y de una de ellas sale un hedor insoportable y en la otra hay filtraciones", detalló.
Además alegan que el nuevo comedor para funcionarios cuenta con una capacidad sólo para cien personas y los baños son mixtos, tanto para el público como para los trabajadores.
Con todo, los empleados del centro asistencial exigen la destitución de la directora del centro hospitalario, además de su equipo asesor.
"La directora nos dijo que el hospital se va a normalizar entre ocho y 12 meses, pero mientras tanto no tenemos ninguna solución", concluyó el representante de la Fenats.
Versión de la autoridad sanitaria
Al respecto y consultado por este medio, el director del Servicio de Salud de O'Higgins, Fernando Troncoso, señaló que el edificio está en marcha blanca, por lo que debe haber un proceso de acostumbramiento a la nueva forma de operar.
"En ese hospital se hacen cientos de atenciones por día, probablemente en un edificio que está en marcha blanca, en algunos momentos haya podido existir problemas de abastecimiento porque los problemas de gestión de insumos son distintos a los de antes. Nosotros a propósito del proceso de traslado, compramos un sobrestock para evitar que faltaran", declaró.
En ese sentido apuntó a que los problemas podrían haberse generado a raíz de inconvenientes en la distribución interna, en las que se está trabajando. "No es una práctica sistemática", agregó.
"Este es el cuarto día de operación, ningún hospital alcanza su ordenamiento en una semana. Pero claramente ninguna movilización facilita la realización de estos procesos", argumentó Troncoso.
Asimismo la autoridad sanitaria, junto con asegurar estar en desacuerdo con una posible remoción de la directora, dijo que espera que se logre un pronto acercamiento y se cumplan los acuerdos que se han alcanzado con el gremio movilizado.