SANTIAGO.- Durante los últimos diez años, la Empresa Nacional de Petróleo (ENAP) ha sido protagonista de tres grandes derrames de crudo al mar registrados principalmente en la V Región. La bahía de Quintero ha sido la principal afectada, con dos de esos episodios, el último de ellos hace sólo cuatro días.
Aunque desde el primero de la década, registrado en 2007 en la bahía de San Vicente de Talcahuano, que ENAP se ve implicado en querellas y demandas por daños ambientales, lo que se suma a los diversos compromisos de la empresa para mejorar sus procedimientos de trasvasije del petróleo y mayor preocupación por el medio ambiente.
Sin embargo, los errores no se corrigen y los derrames continúan ocurriendo. Así lo demuestran los tres capítulos de aceite vertido al mar en la última década de la historia de ENAP.
25 de mayo de 2007: Derrame en la bahía de San Vicente de Talcahuano
Con más de 300 mil litros de combustible vertidos en la bahía de San Vicente de Talcahuano, en la región del Biobío, este episodio de ENAP se configuró como el más grande de la última década, causando severos daños ambientales a los recursos marinos y terrestres de la zona, y por ende afectando el terminal portuario-comercial de San Vicente y a los pescadores artesanales.
El hecho se produjo cuando el buque New Constellation descargaba el petróleo en el terminal de la empresa estatal a través de tubos submarinos, cuyas conexiones tuvieron una fuga.
Tras las investigaciones que llevaron a detectar una deficiente mantención del Terminal B Marítimo, operado por ENAP, que provocó una serie de fallas operacionales, el Consejo de Defensa del Estado (CDE) decidió presentar una demanda contra la empresa por los daños ecológicos causados, especialmente en el Humedal salino de Lenga y su estuario, que forman parte del Santuario de la Naturaleza Península Hualpén. El CDE pedía el pago de indemnizaciones por el valor de cuatro mil millones de pesos.
Finalmente, más de siete años después, el
CDE y ENAP acordaron finalizar el juicio, tras lo cual la petrolera realizaría un aporte al Fondo de Protección Ambiental para reparar los daños ecológicos producidos por el derrame.
24 de septiembre de 2014: Derrame en la bahía de Quintero (I)
El derrame de septiembre de 2014 fue el primero en una seguidilla de vertidos de crudo al mar en la costa de Quintero, en la región de Valparaíso. Fueron más de 38 mil litros -en un primer momento se estimó que eran sólo tres mil- que cayeron al mar por la rotura de una conexión del buque Mimosa al terminal de ENAP.
Luego de las pesquisas para determinar las responsabilidades correspondientes, la Fiscalía Marítima notificó que las sanciones sumarían un total de $1.129,7 millones al ratificarse que el accidente fue consecuencia de una mala maniobra del remolcador Puyehue. Los capitanes de ambas embarcaciones (Puyehue y Mimosa) fueron multados con $347,6 millones, mientras que ENAP tendría que pagar $434 millones, porque las instalaciones del terminal no cumplían con las condiciones exigidas por la autoridad.
El ministro de Medio Ambiente, Pablo Badenier, reconoció entonces que "el accidente está teniendo graves efectos ambientales". En efecto, el petróleo llegó hasta las costas de Quintero y se dispersó por toda la bahía, afectando no sólo los cultivos de mariscos, sino a varias especies de aves y fauna marina.
Por esto, ENAP invirtió siete millones de dólares en labores de mitigación en las que trabajaron unas 1.200 personas, y aportó fondos al Hospital Veterinario (UST) de Viña del Mar, al que llegaron varias aves afectadas por el crudo.
14 de mayo de 2016: Derrame en bahía de Quintero (II)
El pasado sábado, un
nuevo derrame afectó las costas de Quintero, en el último de los episodios protagonizados por ENAP. Inmediatamente la empresa anunció la activación del plan de contingencia y la Armada comenzó durante la semana las faenas de extracción del aceite decantado, que por su peso se mantuvo en el fondo marino.
Si bien aún no se sabe con exactitud cuántos fueron los litros que cayeron al mar por culpa del desprendimiento de una línea de flexible que conectaba el tanque Ikaros con el terminal de la empresa, autoridades del Gobierno ya están tomando medidas para determinar responsabilidades.
