SANTIAGO.- El uso de armas de fuego es la principal diferencia que se puede apreciar entre los vigilantes privados y los guardias de los centros comerciales. De hecho, Francisco Manríquez, el jefe de seguridad de Parque Arauco que murió durante un asalto al mall el miércoles pasado, enfrentó a los delincuentes desarmado.
Sin embargo, más allá de esto, existe preparación distinta entre ambos agentes que permite a los primeros portar armas y a los segundos no, a pesar de que hoy el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, anunciara que se estudiará si los guardias también podrán utilizarlas.
Diferencias
El ex oficial de Carabineros y experto en seguridad, Jorge Valdés, explica a Emol que, de acuerdo a la legislación actual, tanto guardias como vigilantes privados deben ser chilenos, tener una escolaridad mínima de octavo básico y no tener antecedentes policiales ni penales.
Pero de ahí en adelante comienzan las diferencias.
Y es que un requisito indispensable para ser vigilante privado es haber realizado de manera efectiva el servicio militar o que sea miembro en retiro de alguna rama de las Fuerzas Armadas, Carabineros, Gendarmería o Investigaciones.
Además, debe contar con un certificado médico y psicológico que lo habilite para utilizar armamento, tener como mínimo 21 años de edad y cumplir 10 horas en cursos del OS-10, el departamento de Carabineros que regula la actividad de la seguridad privada.
Éstos operan en empresas estratégicas como los bancos, Metro de Santiago, plantas de agua y entidades dedicadas al transporte de valores. También se da el caso de que existen vigilantes en la Feria Lo Valledor, pues tiene una sucursal bancaria en su interior.
Mientras que el guardia de seguridad puede iniciar su actividad a partir de los 18 años, debe tener salud compatible con las labores de seguridad, no es requisito el servicio militar, pero sí es obligatorio el curso de OS-10 con nueve horas cumplidas.
Capacitación
Una vez que inician sus labores, tanto el vigilante como guardia deben realizar un curso de instrucción.
Valdés explica que en el caso de los primeros, se realiza cada dos años con entrenamiento en las dependencias del Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPE) de Carabineros, mientras que los segundos es cada tres años, en que se repiten las mismas materias que ya pasaron cuando iniciaron su trabajo.
"Eso es repetir lo mismo que se inició como base. Yo creo que la nomenclatura debiera ser organizaciones criminales, modo de actuar, características operativas, cómo detectar el ingreso de delincuentes, sus perfiles, entre otras", sostiene.
Dos perfiles
Para el también experto en seguridad David Rozowski, director ejecutivo de la fundación Ciudadano Seguro, entre ambos hay una diferencia de perfiles.
"Las capacitaciones son diferentes, los recursos para uno y otro son distintos. Un vigilante privado es un miembro de la empresa, por ejemplo bancaria, en cambio un guardia es de una empresa externa, entonces la capacitación es totalmente distinta, así como la preparación y el costo de eso", sostiene.
En ese sentido, Rozowski, añade que un vigilante privado y un guardia de un centro comercial "son personas totalmente distintas y éstos últimos no tienen el perfil para ser vigilantes privados".
Ley de seguridad en Centros Comerciales
Un llamado a que el Gobierno dé prioridad un proyecto de ley sobre seguridad en los centros comerciales hizo este viernes el diputado Gonzalo Fuenzalida (RN), quien es miembro de la comisión de Seguridad Ciudadana de la Cámara.
También criticó al subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy, a quien acusó de traspasar “el fracaso de la delincuencia, a los Centros Comerciales".
“Pedimos que se haga cargo de la situación que vivimos hoy día, y que de una vez por todas este Gobierno saque la ley de seguridad privada que está durmiendo hace más de 6 años en el Congreso Nacional", sostuvo.
