SANTIAGO.- Mediante una declaración pública, la Municipalidad de Santiago lamentó la renuncia de la directora de educación Mónica Espina, quien dejó el cargo luego que se desalojara el Instituto Nacional Barros Arana, tras tres semanas de tomas.
El hecho reveló cuantiosos daños al interior del recinto, avaluados en $400 millones.
“Se han hecho todos los intentos para convencerla de permanecer en el cargo, pues sabemos que ella hizo todo lo necesario para evitar las graves consecuencias que han tenido las tomas en el INBA y en otros liceos. A pesar de esto, ella ha mantenido su decisión de alejarse del cargo”, señalaron desde la municipalidad.
La entidad agrega que “de alguna manera, la decisión de Mónica Espina da cuenta lo que sienten tantos educadores ante el conflicto y la violencia que se han apoderado de las comunidades escolares. Muchos de ellos han sido defensores de la causa estudiantil, pero hoy ven con angustia que ésta fue invadida por grupos radicalizados que en vez de defender la educación pública la están dañando”.
“Es hora de detener esta espiral destructiva y de llamar a una reflexión a las comunidades escolares y especialmente al movimiento estudiantil, para canalizar sus inquietudes con otros medios, que no tengan los graves efectos que hoy estamos viendo en las tomas y en los habituales episodios de violencia que se producen en las marchas”, prosigue el comunicado.
La municipalidad de Santiago agregó que en la Dirección de Educación de Santiago asumirá a partir del lunes el profesor Alfredo Alarcón, quien es ex alumno del Internado Nacional Barros Arana y se ha desempeñado como docente en los establecimientos de la comuna.
Hasta hoy ejercía como directivo en la Corporación de Desarrollo de Santiago.