SANTIAGO.- El embajador chileno en Francia, Patricio Hales (PPD) rechazó las acusaciones de acoso laboral y sexual en su contra, presentadas por una empleada de la representación en París y que generó el inicio de un sumario interno en la Cancillería.
Hales fue interrogado sobre este hecho el 23 de mayo pasado por el fiscal administrativo a cargo, el embajador en Noruega, José Miguel Cruz.
En su declaración, a la cual tuvo acceso La Segunda, Hales comenzó señalando que no conocía las acusaciones en su contra, aunque podía presumirlas porque la denunciante, Carolina Cosmelli, habría hecho amenazas al respecto a través de una empleada de la legación.
"Dijo que se vengaría porque pensó que fue traída como amiga de mi señora y terminó como nana, aún cuando el objeto del contrato era evidente. (Cosmelli) Comentó, aquí en la embajada, que había sido una humillación hacerla trabajar de empleada", relató Hales al fiscal.
Agregó que él le leyó el contrato y que luego "mi señora le especificó en detalle cuáles serían sus funciones…, como cumplir con las recepciones oficiales, las actividades de la embajada, colaborar en la cocina y mantener el aseo de la residencia".
Hales negó haberla explotado y relató que las labores extras que debía realizar, sobrepasando las 45 horas semanales del convenio de servicios, eran las normales de una embajada, por ejemplo, recepciones, cócteles y comidas. "Este esfuerzo adicional le era compensado con horas libres (como indica el estatuto administrativo)… Luego ella pidió al nivel central que se le pagaran horas extraordinarias, pagadas desde Santiago. Se le compensó por horario y simultáneamente se le pagó extraordinario".
El embajador aseguró que Carolina Cosmelli "era la única empleada que vivía aquí, para cubrir los vacíos de personal. A cambio, ella quedaba libre los martes, los jueves en la tarde y domingo por medio".
"Ella salía y pedía salir con mucha frecuencia durante la jornada de trabajo. Luego descubrimos que había hecho abuso no sólo de nuestra confianza, sino de su posición en la embajada para ofrecer servicios de masajista a particulares", aseguró Hales al fiscal a cargo de la indagatoria.
"Llegó al extremo de mandar a hacer una tarjeta de visita (en francés), de cuya copia le voy a hacer entrega, donde da la dirección exacta de la embajada y el teléfono correspondiente a su anexo en la residencia… Salía a hacer masajes", añadió el embajador.
Respecto a las denuncias de acoso sexual, que incluían una supuesta invitación del embajador para ver películas pornográficas, Hales dijo que no estaba al tanto de estas y las rechazó tajantemente.
“No veo películas pornográficas. Me permito invitarlo a que confisque todos mis cds, dvds, videos, en París y en Chile. No es parte de mi cultura. No conozco el Crazy Horse ni el Lido. Me reservo formular acciones criminales en contra de la denunciante”, comentó.