SANTIAGO.- "Hay una preocupación: que nos perjudique electoralmente".
Con estas palabras, el ministro del Interior, Mario Fernández, concluyó el comité político extraordinario realizado el domingo en La Moneda, en el que se abordó detalladamente el proyecto de educación superior, que fue ingresado ayer al Congreso.
Los dichos del jefe del gabinete respondían a las inquietudes que gran parte de los parlamentarios y dirigentes de la Nueva Mayoría manifestaron durante las más de tres horas de reunión, señala "
El Mercurio".
Se trata del efecto electoral —para muchos, negativo— que podría traer la tramitación del proyecto de educación superior, debido a las distintas posiciones que existen dentro del propio conglomerado de gobierno y a la influencia de algunos actores clave, como el movimiento estudiantil y los rectores.
Ante esto, según presentes, el ministro Fernández dijo que se debe "operar muy finamente" para reducir un posible impacto de la iniciativa, con miras a las próximas elecciones municipales. Y que, por lo mismo, la Nueva Mayoría debiera sellar un acuerdo político rápidamente para aprobarla en el Congreso.
Al comienzo de la cita, el jefe del gabinete ya había advertido que el éxito del proyecto sería crucial para La Moneda. El vocero de Gobierno, Marcelo Díaz, reforzó más tarde la idea de que el mensaje está vinculado al éxito del Ejecutivo y al "juicio ciudadano", ante lo que también pidió el respaldo del bloque oficialista.
Así, varios de los asistentes compartieron que el futuro de la reforma está íntimamente vinculado a la proyección de la Nueva Mayoría. Es el caso del representante del PR, Osvaldo Correa, quien señaló que este proyecto puede ser el que finalmente articule "el ganar o perder la elección".
Una opinión similar expresó, según presentes, Andrés Zaldívar (DC). El senador fue de la idea de que un buen trámite podría ayudar a recuperar el apoyo y la confianza en la actual administración, pero que, en caso contrario, el respaldo caería aún más.
En la misma línea, la diputada Camila Vallejo (PC) indicó que esta reforma definirá cómo va a ser recordada la administración de la Presidenta Bachelet.
Gratuidad
Para varios presentes en la cita no pasó inadvertida la intervención del ministro Díaz, quien afirmó que, con la iniciativa, el Ejecutivo busca asegurar "gratuidad y calidad".
El secretario de Estado —comentaron— pidió relevar públicamente ambos conceptos, e incluso solicitó colaboración de la Nueva Mayoría para poner el acento en ello. Sus palabras provocaron un fuerte desencuentro con el senador DC Ignacio Walker, quien comentó que no está de acuerdo con que el título del proyecto sea "gratuidad y calidad", ya que, a su juicio, de lo que se trata es de un sistema permanente de becas, créditos y aportes de la familia. Pidió, entonces, que se hablara de un avance en gratuidad, para no generar expectativas de "algo que no es cierto".
A los dichos de Walker se sumó el jefe de bancada DC, Fuad Chahín, quien relató que se puede generar un problema mayor al referirse a un concepto que no podrán cumplir.
Sobre el financiamiento, el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, insistió —expresaron— en que la restricción económica es bastante relevante. E incluso, aseguró que el proyecto de educación superior es más caro de lo que se pensó inicialmente, y que por lo mismo, habría afirmado que la reforma tributaria "no alcanza para todo".
"Aliado natural": La calle o los rectores
Uno de los temas que más fue abordado en el encuentro apuntó a los intereses de los distintos actores por influir en la iniciativa. Al respecto, el presidente de la Cámara de Diputados, Osvaldo Andrade (PS), sostuvo que quienes deben legislar en el país son los parlamentarios y no los rectores.
Minutos después, el presidente del Senado, Ricardo Lagos Weber (PPD), se refirió al tema, y dijo que criticar al Consejo de Rectores de Chile (CRUCh) podría terminar quitando legitimidad a la iniciativa.
Al tomar la palabra, Guido Girardi (PPD) dijo que no iba a entrar en los aspectos técnicos del proyecto. Para el senador, según señaló, el problema es político: no contar con el respaldo de la mayoría de la sociedad.
El senador Walker, por su parte, dejó entrever una preocupación: la posible alianza de la Universidad de Chile, la Universidad Católica y la Diego Portales en contra del proyecto. Walker recomendó entablar un diálogo con cada una de las casas de estudio y explicarles que el proyecto no las va a perjudicar.
Mientras, el diputado Chahín enfatizó en la compleja situación que se enfrenta ante los "intereses corporativos" que impulsan los rectores y el movimiento estudiantil. Sin embargo, el más enfático fue el senador Zaldívar, quien habló explícitamente de crear una "alianza" con los rectores de las universidad privadas, estatales y con los Institutos Profesionales, para encontrar puntos de encuentros y así evitar "discusiones".
Marcando un contraste con la DC, los representantes del PC señalaron que "el aliado natural" es el movimiento social. Así lo esbozaron las diputadas Cariola y Vallejo durante el encuentro. Incluso, hablaron de que, para enfrentar las críticas al proyecto, los aliados no solo pueden ser los partidos políticos.
En esa línea, enfatizaron en la necesidad de "un acuerdo político" que comprenda la relevancia de la gente que está manifestándose en la calle.
