Presidenta Michelle Bachelet.
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SANTIAGO.- "Ya no hay vuelta atrás", dijo la Presidenta Michelle Bachelet el domingo pasado, al momento de explicar los puntos centrales de la reforma a la educación superior, la última piedra de la obra gruesa de su segundo período en La Moneda. Dicha frase, sintetiza de buena forma la confianza de la Mandataria en el futuro de uno de los proyectos emblemáticos de su segundo mandato.
Reforma:
Desde el gobierno aseguran que la discusión se desarrollará bajo una presión política y social que no se había visto en los anteriores capítulos de los cambios en educación, y que será el Congreso el que determinará la forma final del proyecto
Aunque ya se han hecho escuchar las críticas de rectores, estudiantes y la oposición, desde el Ejecutivo confían en que pese a las diferencias evidenciadas por algunos miembros de la Nueva Mayoría, existe una amplia convergencia en sus bases fundamentales y que, de haber cambios, solo serán menores en relación al tamaño de las modificaciones que se propusieron.
Desde el Gobierno están conscientes que la discusión de la reforma se desarrollará bajo una presión política y social que no se había visto en los anteriores capítulos de los cambios en educación, y que será el Congreso el que determinará la forma final del proyecto, pero aún así señalan que gracias al consenso oficialista se mantendrá el esquema que privilegia las universidades estatales y que penaliza el lucro.
En esa línea, sostienen que el escenario será similar al visto en el proyecto que puso fin al lucro, al copago y la selección, en que la discusión se centró en temas particulares como el rol de los gestores inmobiliarios o la presunta debacle de los colegios particulares subvencionados, pero que finalmente se impondría la lógica central de la iniciativa,
En el actual caso, La Moneda sabe que cada grupo de interés, en este caso el CRUCh, el G9, la Confech y otros intentarán centrar el foco de las críticas y la discusión en los temas de su interés, pero que finalmente existirá un consenso en los aspectos centrales del proyecto.
Esa mirada fue refrendada en público por la propia jefa de Estado, quien reconoció durante su discurso al país el pasado domingo que "sabemos que no es posible dejar a todo el mundo contento, porque hay muchas miradas diferentes en juego, pero la propuesta que enviamos es resultado de ese amplio debate y de las opciones que guían mi gobierno".
Asimismo, el Ejecutivo cree que más allá de las complejidades del proyecto, su tramitación no debiera demorar más de un año, por lo que esperan que de aquí a 2017 el país pueda contar con una nueva institucionalidad en materia de educación superior.
