Christian Zapata, El Mercurio
SANTIAGO.- Tres de cada 10 pasajeros del Transantiago viajan a diario gratis y casi impunemente en buses por la capital. Esta irregularidad, que se ha duplicado en los nueve años de "recorrido" del sistema, le genera pérdidas por hasta US$ 150 millones anuales al deficitario servicio de transporte.
Hoy, con un promedio de 28% de evasión, Transantiago es el sistema de locomoción colectiva estudiado con la mayor cantidad de pasajes impagos del mundo y uno de los que tienen menos fiscalización proporcional, señala
"El Mercurio".
"El número (de evasores) es tan alto en nuestro país, que no se ve en ninguna otra parte del mundo", señala Paula Flores, secretaria ejecutiva del programa de Fiscalización del Ministerio de Transportes.
No es lo único: hoy, menos de un pasajero de cada mil que se mueven en Transantiago es fiscalizado por los 247 inspectores del sistema. Así, la probabilidad de tener un control es de apenas 0,11%, una cifra muy lejana al 6,28% que tiene, por ejemplo, Melbourne.
Esto se da, pese al esfuerzo de la autoridad: este año ya van 760 mil controles y 32 mil multados, además de 1.200 tarjetas estudiantiles retiradas.
Un aspecto en que sí Chile ha generado una estadística rescatable es en la multa: los $68 mil que cuesta hoy sobrepasa la que se cursa en Madrid ($23 mil) o Berlín ($46 mil). Pese a ello, la evasión no logra mermar.
Según un estudio realizado por los especialistas de la Universidad de Chile Alejandro Tirachini y Martín Quiroz, este problema es una amenaza para la sustentabilidad financiera del sistema y es necesario corregirlo para llegar a un nivel menor al 10%. Para ello, señalan, es necesario implementar un paquete de medidas que tienen como eje un refuerzo de los controles.
"La fiscalización es muy poco frecuente y la que existe es ineficiente. Hay una probabilidad muy baja de ser fiscalizado y los equipos son de dos personas y dejan a muchas otras sin controlar. Además, hoy no se logra hacer fiscalización sin carabineros, y eso le quita alcance. Asimismo, es un proceso oneroso en tiempo, porque se debe detener el bus para revisar las tarjetas", señala el académico de Ingeniería en Transportes de la U. de Chile, Alejandro Tirachini.
También, la investigación señala la importancia de contar con una campaña constante de concientización social. "En Melbourne se hizo una campaña agresiva en el lenguaje y fue parte de la clave del éxito de su estrategia. Es importante que evadir sea algo mal visto", señala Martín Quiroz, ingeniero y coautor del estudio.
Otra parte del paquete de soluciones pasa por los contratos. Si bien los actuales buscaban trasladar a los operadores la responsabilidad del control de la evasión (al fijar un pago de 70% por pasajero transportado), este efecto se anuló debido a que el Gobierno ha terminado por reajustar al alza la pérdida sostenida que ha implicado la evasión.
"El Gobierno debe tomar un papel más protagónico. En otros países no se ve que esta responsabilidad sea de los operadores", añade Tirachini.
Nueva ley
debutaría a
fin de año
Un proyecto de ley ingresado en mayo del año pasado busca reducir la evasión y el uso fraudulento de la tarjeta nacional estudiantil con diversas medidas, como el endurecimiento de multas, la creación de un subregistro público de evasores y atribuciones para los fiscalizadores (por ejemplo, que puedan bajar a evasores de los buses).
"Les vamos a pedir a las empresas que antes de contratar a cualquier persona consulten este registro", anuncia Paula Flores.
Según el ministro de Transportes, Andrés Gómez-Lobo, se espera que la iniciativa, que hoy se discute en particular en el Senado, sea ley a fin de año.
A esto se añaden los contratos del "nuevo Transantiago" de 2018, que permitirían el uso de tarjetas semanales o mensuales para facilitar el pago del pasaje.