SANTIAGO.- Dentro de las próximas horas, la Presidenta Michelle Bachelet tendrá que tomar una decisión, o al menos una postura, ante la eventual renuncia del ex comandante en jefe del Ejército y actual miembro del Consejo Directivo del Servicio Electoral (Servel), Juan Emilio Cheyre, luego de su procesamiento en el caso Caravana de la Muerte.
Un hecho paradójico, considerando la estrecha relación que ambos mantuvieron cuando la Mandataria estuvo a cargo del Ministerio de Defensa entre 2002 y 2004, ocasión en la que trabajaron en conjunto para precisamente avanzar en materia de DD.HH., una tarea que finalmente trajo importantes réditos para ambos.
Mientras la gestión del ex general fue ampliamente destacada por perdón institucional que pidió por las violaciones cometidas en dictadura, el paso de Bachelet por Defensa impulsó su ascenso en dirección a La Moneda, gracias a la activa agenda que llevó adelante para avanzar en la reconciliación nacional a 30 años del Golpe Militar.
La cercanía de la ministra
Tras asumir la cartera el 7 de enero de 2002, diversas fuentes militares destacaban el prestigio y currículum de la actual jefa de Estado en Defensa, luego de su labor como asesora de la cartera por cuatro años. Fue ahí donde Bachelet cultivo "excelentes relaciones" con quien se convertiría tiempo después en el líder del Ejército.
Una vez que Cheyre asumió, el 11 de marzo de ese año, la en ese entonces ministra destacó la llegada del militar y aseveró que su misión sería profundizar los procesos de modernización y el acercamiento cívico-militar, tarea en la que si bien hubo altos y bajos, siempre actuaron con cierta coordinación.
Los principales hitos en común
El primer problema que tuvieron que abordar fue el caso de las contrataciones hechas por el Ejército de oficiales en retiro vinculados a casos de DD.HH., situación calificada como “poco clara” por Bachelet. Ante ello, Cheyre reaccionó con prudencia y solucionó el problema bajo la premisa de ir cerrando flancos relacionados a la dictadura.
Fue así que tras la primera Parada Militar en la que coincidieron, ambos acordaron seguir en la línea de obtener mayor compromiso del Ejército en aclarar las violaciones a los DD.HH. y en lograr una reconciliación en el país. Un mes después, en octubre de 2002, Cheyre encabezó un inédito homenaje al ex general Carlos Prats, asesinado bajo la dictadura.
En tanto, en abril de 2003, el ex comandante en jefe hizo un gesto a Bachelet y evitó referirse a los vínculos sentimentales de Bachelet con Alex Vojkovic, un ex militante del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, recalcando que Chile está viviendo una disyuntiva de futuro que es necesario superar con una "gran concordancia nacional de objetivos".
Incluso, en enero de 2004, la buena relación entre Cheyre y la actual Presidenta llevaron a que el ex jefe castrense aprobara una propuesta del Gobierno de Ricardo Lagos de ofrecer una salida al mar a Bolivia a través de un corredor en la frontera con Perú, la cual finalmente no prosperó ante el ex líder boliviano, Carlos Mesa.
El vínculo entre ambos comenzó a desgastarse a mediados de 2004, cuando Bachelet ya despuntaba como la primera carta presidencial de la Concertación. La nueva situación de la titular de Defensa politizó, a juicio de Cheyre, la relación entre ambas instituciones, llevando al fracaso de la agenda sobre DD.HH. que ambos impulsaban.
Fue así que el plan del ex comandante en jefe de apurar los casos en contra de militares en la Justicia y proponer un cierre definitivo no pudo ver la luz, debido al alto costo político que podría haber acarreado ese hecho para la secretaria de Estado.
Un episodio que llevó la relación al límite fue el sorpresivo viaje del entonces candidato presidencial de la Alianza, Joaquín Lavín a Haití junto a la artista Marlén Olivarí para visitar a las tropas de paz chilenas, lo cual fue visto por el Gobierno como una maniobra política avalada por el Ejército.
La situación generó un distanciamiento entre Bachelet y Cheyre, pese a que el general rechazó el apoyo de su institución a la "jugada política" encabezada por el entonces alcalde de Santiago.