NUEVA DELIH.- La francesa Emmanuelle Verhoeven, reclamada por Chile por el asesinato de Jaime Guzmán, aseguró que la "Comandante Ana" no existe y es una "creación de la extrema derecha".
En una entrevista con la agencia EFE en Nueva Delhi, donde tiene abierto un proceso de extradición a Santiago, insistió que su contacto con los asesinos de Guzmán, se limitó al tiempo que trabajó en una prisión chilena.
"No soy quién la gente dice, no soy una comandante, soy una mujer corriente involucrada en una cosa extraordinaria", afirma Verhoeven, quien el pasado día 2 julio salió en libertad bajo fianza tras pasar dieciséis meses en prisión en la capital india.
La mujer recalcó que su supuesto alter ego, la comandante Ana, miembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), grupo que combatió con las armas la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), "no existe".
"Es absolutamente una creación del servicio de la Policía secreta de Pinochet (...) La UDI creo que trabajaba con gente del servicio de Pinochet y ahora esa misma gente está trabajando para la UDI en la Fundación Guzmán", declaró Verhoeven, de 56 años.
La supuesta comandante Ana, que residió en Chile entre 1985 y 1995, trabajó en una cárcel durante 1994, cuando se encargó de asegurar los derechos de los presos que iban a ser trasladados a la Cárcel de Alta Seguridad de Santiago.
"Saben que no estuve involucrada (en el asesinato), pero creen que quizás sé algo porque estuve con los presos políticos", indicó.
Relación con los autores del asesinato
Entre los prisioneros estaban los frentistas Ricardo Palma Salamanca, actualmente prófugo y quien se cree que se encontraba en Cuba, y Mauricio Hernández Norambuena, hoy condenado por secuestro en Brasil.
"Todas las veces aceptaron la responsabilidad del asesinato de Guzmán y (me) explicaron que fue una reivindicación política porque el señor Guzmán era parte de la dictadura", detalló.
Salamanca, señala, reconoció que "mató (a Guzmán) con el fusil" y le contó que, tras ser arrestado, fue "torturado" hasta que habló.
Norambuena, por su parte, le reveló que fue el jefe operacional del asesinato del senador. "Nunca hablaban de la responsabilidad de todo el FPMR, sino que decían que eran de la rama autónoma", que persistió en la violencia tras la dictadura, puntualizó Verhoeven.
Durante aquel año, la supuesta exguerrillera visitaba a los presos tres veces por semana y hablaban de "todo" tipo de cosas: de música, de la transición o de política, detalló. Añadió que ellos, interesados tanto por asuntos del exterior como "si habían hecho nuevas estaciones de metro", le "preguntaban más" a ella que a la inversa.
"No tengo ninguna otra información que lo que los prisioneros explicaron y esta es la historia real, (cualquier) otra historia es lo mismo, una invención", resaltó.
Sobre el asesinato del senador, al que describe como un "hombre muy sucio", dijo que fue "un poco extraño porque fue un objetivo muy fácil".
Sin vínculos con "La Oficina"
Salamanca y Norambuena escaparon en helicóptero de la Cárcel de Alta Seguridad en 1996, en la denominada "Fuga del Siglo", con la que también se trató de vincular a Verhoeven.
No obstante, mantiene que "nunca" vio esa prisión y que para entonces ya había regresado a Francia tras perder "sin explicación" su trabajo en 1995. Dijo que se enteró de la operación por la televisión y que, tras la fuga, no volvió a tener noticias de los dos frentistas.
Sólo tras su traslado a la Cárcel de Alta Seguridad, agregó, fue contactada por la hermana de Salamanca a petición de los guerrilleros, que estaban "un poco preocupados" por su seguridad.
También negó tener "relación alguna" con "La Oficina", un organismo estatal de inteligencia en los años 90 con el que algunos la vincularon entre alegaciones de que fue una doble agente.
Preguntada por un vídeo difundido por medios chilenos en el que supuestamente aparece con el frentista Galvarino Apablaza, aseveró que ni siquiera la Justicia chilena lo contempla como prueba por ser un "montaje".