Claudio Rodríguez Flores.
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SANTIAGO.- La Corte de Apelaciones de Santiago revocó este miércoles la libertad de los dueños de la empresa de inversiones Rodríguez y Asociados y ordenó su ingreso a la cárcel.
En fallo unánime, la Primera Sala del tribunal de alzada resolvió revertir el arresto domiciliario total decretado en primera instancia para los hermanos Carlos (37) y Claudio (45) Rodríguez Flores, a quienes se les atribuye participación en delitos de estafa reiterada, lavado de activos e infracción a la ley General de Bancos y de Mercado de Valores.
De esta manera, los ejecutivos deberán presentarse durante esta jornada ante el 4° Juzgado de Garantía de Santiago para luego ponerse a disposición de Gendarmería de Chile.
El fiscal jefe de Delitos de Alta Complejidad Oriente, Carlos Gajardo, apeló al fallo que rechazó la máxima de las cautelares para los imputados e insistió esta mañana en que la única medida cautelar acorde a la gravedad de los hechos y a la reiteración de las estafas presuntamente cometidas por los dueños de la firma, era la prisión preventiva.
De acuerdo a la investigación del abogado, los ejecutivos habrían logrado recaudar un total de $19.588.000.000 millones entre los años 2009 y 2016, a través de estafas piramidales.
Según ha establecido, ambos empresarios se concertaron para captar clientes ofreciendo asesorías financieras y de inversiones, las cuales no eran realizadas por la empresa.
Para ello, solicitaban una inversión mínima de $50 millones, los cuales podían ser entregados en un plazo de seis meses.
Para acreditar la veracidad de las inversiones y la seriedad de la firma, los hermanos Rodríguez exhibían a sus clientes fichas bancarias falsas con el comportamiento de la empresa, mencionando además, que contaban con un comité de Ética y Cumplimiento con el objeto de prevenir delitos, de acuerdo a lo solicitado por la Superintendencia de Valores y Seguros.
Todo ello, para fundamentar ganancias entre 0,3 y 2,1% mensual.
Sin embargo, dichas ganancias eran inexistentes ya que el retorno parcial de los dineros eran utilidades falsas y solo era parte de fondos aportados por otras víctimas.