SANTIAGO.- El debate que se está dando en Chile sobre si se debe prohibir, por ley, que los colegios envíen tareas para la casa a los alumnos no es nuevo en el mundo. En varios países la discusión ya está instalada y en algunos incluso hay leyes que regulan esa materia.
El caso más emblemático es el de Francia, donde en el año 1956 se prohibió, a través de un decreto, que los colegios enviaran tareas escritas para la casa a los estudiantes de la educación primaria. Sin embargo, muchos colegios no cumplirían esa medida, por lo que han surgido movimientos de padres que piden suprimir esa práctica.
Otro país que ha seguido sus pasos es Bélgica, donde el tema está sumamente regulado, por medio de numerosos decretos (emitidos a partir del año 2001) que establecen cómo deben ser las tareas y el tiempo máximo que deben demandar a los estudiantes.
Si bien allí no se prohíbe que los colegios envíen actividades para la casa, se establece que éstas no pueden exceder los 20 minutos diarios en el primer ciclo de la primaria, y los 30 minutos en el segundo ciclo.
Otro caso más reciente es el estado de California, en Estados Unidos, que en el año 2009 abolió las tareas para los alumnos de primaria.
En Finlandia, que ostenta los mejores resultados en educación, el tema no está regulado por ley, pero en la práctica las tareas son muy reducidas y no toman más de 10 ó 20 minutos diarios a los escolares.
En tanto, en varios países, como España e Inglaterra, han aparecido movimientos "anti tareas", que buscan reducir la carga a los alumnos.
"En el mundo hay un desprestigio generalizado a las tareas excesivas y hay campañas en distintos países, desarrollados y en vías de desarrollo, de grupos 'anti tareas', y en muchos países además se está avanzando en legislación que prohíbe el exceso de las tareas", afirma el Doctor en Educación y académico de la U. de Santiago, Jaime Retamal, quien ha investigado a fondo el tema.
Explica que en los países donde se han limitado las tareas se considera que éstas –además de estresar a los niños y sus familias– son una fuente de desigualdad, ya que en la sala de clases los niños están en las mismas condiciones, pero fuera de ella las realidades son distintas. "Las tareas penalizan a los estudiantes más desfavorecidos, a los estudiantes cuyas familias tienen menor capital cultural y a los que están más solos", asegura el experto.
"Una intromisión del Estado en las familias"
Jaime Retamal, experto en educación:
"La ley anti tareas tiene una base más liberal, que la gente haga lo que quiera con su tiempo libre. Es quitarle al Estado una intromisión que no debiera tener; el Estado, a través de las tareas, no tendría por qué estar en tu casa"
Pero hay otra razón poderosa en esos países para oponerse a las tareas y es que se piensa que éstas serían una intromisión del Estado al interior de las familias. "En general, las tareas tienen mala reputación porque es el Estado dentro de las familias. Las personas naturales hacen lo que quieren con su tiempo, entonces se ve muy mal que el Estado entre a tu familia a través de las tareas", afirma.
En ese sentido, sostiene que el proyecto de ley que se discute en el Congreso en Chile tiene una base mucho más "liberal" de lo que se piensa. "Me parece ridículo aquéllos que dicen que una ley anti tareas es poco menos que una cuestión soviética, es justamente al revés: la ley, en rigor, tiene una base más liberal, que los niños y la gente haga lo que quiera con su tiempo fuera de la escuela. Si se piensa bien, es quitarle al Estado una intromisión que no debiera tener; el Estado, a través de las tareas, no tendría por qué estar en tu casa", subraya el experto.
Agrega que "una ley anti tareas va a liberar a las familias, que va a poder hacer lo que quiera con su tiempo. Si los papás, en su tiempo libre, quieren que sus hijos hagan tareas por su cuenta o llevarlos a la piscina, ésa es cuestión de cada uno".
Bajo esa premisa, rechaza los argumentos de quienes cuestionan que una ley de ese tipo atentaría contra la autonomía de los colegios: "Es la libertad de las familias versus la autonomía de los colegios, obviamente me quedo con la primera".
No se trata de dejar de estudiar o leer en la casa
Jaime Retamal aclara que la idea no es terminar con todas las tareas, sino con aquéllas escritas y excesivas, lo que no implica que los alumnos dejen de estudiar o leer un libro.
Dice que lo más recomendable es que las tareas se realicen dentro del horario escolar, más aún considerando la gran cantidad de horas que los estudiantes chilenos pasan en el aula (es el país de la OCDE con más horas de clases).
"No significa abolir 100% las tareas, sino regularlas, porque cuando son un exceso son contraproducentes para el aprendizaje", sostiene el experto.