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Sename bajo la lupa: Cómo y por qué los niños ingresan a un servicio superado por la precariedad

A la fecha, 112.813 menores están siendo atendidos en uno o más proyectos del servicio, que cuenta con sólo 4.274 funcionarios.

22 de Julio de 2016 | 10:29 | Emol
Foto: 2/3 | Crédito: Sergio Alfonso López, El Mercurio
En el Centro del Sename Galvarino murió una niña por sobredosis de medicamentos.
Foto: 3/3 | Crédito: Christian Zúñiga, El Mercurio
Algunas de las críticas apuntan al hacinamiento y precariedad de los centros.
SANTIAGO.- La voz de alerta la puso el diputado René Saffirio en la Comisión Investigadora del Sename II: 185 menores a cargo de la institución han fallecido desde 2005. Tal cifra puso nuevamente al organismo en el centro de la polémica y reflotó la precaria realidad que se vive -a todo nivel- en parte de los 299 recintos del servicio.

Son 255 centros de organismos colaboradores, 11 del Estado y 33 destinados para justicia juvenil, que albergan a más de 8 mil niños, niñas y adolescentes, que ingresan por causales como: maltrato y/o abuso sexual; inhabilidad de uno o ambos padres; prevención; protección; deserción escolar o sin acceso; solicitud de diagnóstico; trabajo infantil; factores asociados a vulnerabilidad; abandono o cedido en adopción; drogas, o falta y delitos no penalizables.

A la fecha, 112.813 menores están siendo atendidos en uno o más proyectos del Sename, ya sea de las líneas de Diagnóstico Ambulatorio (DAM), Oficinas de Protección de Derechos (OPD), como de los programas ambulatorios de intervención o residenciales: 296 por adopción; 99.435 por protección de derechos y primera infancia; y 13.082 por justicia juvenil.

De ellos, según cifras conseguidas por "The Clinic" a través de Transparencia, 1.596 niños están procesados por la ley de responsabilidad adolescente por infracción a la ley penal y que apunta a que "la sanción forme parte de una intervención socioeducativa amplia y orientada a la plena integración social".

Sanción privativa o no de libertad


Para dichos fines -previa resolución del juez- están los Centros de Régimen Cerrado y los de Internación Provisoria, modalidades administradas por el Sename, bajo tutela de Gendarmería. Las medidas que no implican privación de libertad son ejecutadas por colaboradores acreditados.

"Al ingresar el adolescente (de 14 a 17 años) al centro o programa del Sename, se confecciona un informe diagnóstico psico-social llamado Plan de Intervención Individual (PII), que contiene los objetivos que el joven deberá cumplir a lo largo de su proceso de sanción", explican desde el organismo.

13.082
niños y adolescentes son tratados por justicia juvenil

Éstos, añaden desde el Sename, "todos los días tienen entrevistas con psicólogos, asistentes sociales, terapeutas ocupacionales, y psiquiatras si lo requieren, además de otros programas complementarios como de drogas".

Actualmente, en el servicio hay 4.274 funcionarios, divididos en funciones de dirección, jefatura, coordinación y educadores de trato directo, quienes están a cargo de los menores en los centros las 24 horas del día. Del total, sólo 40 son de planta, 3 mil 938 a contrata y 296 a honorarios.

Ellos trabajan en materia de justicia juvenil con 11 programas (plan de libertad asistida especial, centros semicerrados, centros de régimen cerrado, servicio beneficio a la comunidad, entre otros); protección, con 35 programas (oficinas de protección de derechos, familias de acogida, programa de reparación de maltrato, etc.).

Adopción, la otra realidad


De acuerdo a la ley Nº 19.968 de 2014, los jueces de familia que tomen conocimiento de situaciones de vulneración a un niño/a o adolescente, podrán, entre otras medidas, adoptar la separación de la familia y solicitar su protección a un centro residencial -o a una familia de acogida-. Ambas modalidades ejecutadas directamente por el Sename y/o por organismos colaboradores acreditados.

"Esto será determinado por un tribunal en caso de que el menor haya sido entregado en adopción por su familia; se realizó un trabajo de intervención con sus padres, pero no lograron asumir adecuadamente su crianza y protección; y la no existencia de la familia extensa hasta tres generaciones (tíos, abuelos) que pueda hacerse cargo", detallan desde el Sename.

El magistrado es quien define a qué recinto ingresará el menor, quien es trasladado a la residencia por un adulto de la familia, profesionales de algún programa social y en algunas situaciones por Carabineros. A la llegada, la dirección de la residencia activará el protocolo de acogida y deberá informar al juez correspondiente la situación del niño en protección cada tres meses, entendiéndose que la permanencia en dicho centro es temporal.

Para ello, el Sename cuenta con cinco planes de trabajo, que tienen por objeto "entregar bienestar en ámbitos personales, proveer de recursos y satisfacer sus necesidades, recibiendo intervención integral. Asimismo, sus adultos significativos son beneficiarios de intervenciones que propenden a la reinserción al espacio socio familiar".
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