Sergio Alfonso López, El Mercurio
SANTIAGO.- "Todo lo informado y observado en la visita da cuenta de que se debe realizar una intervención mayor en la residencia, la que mantiene en el tiempo prácticas que no ayudan a entregar bienestar y protección a los niños, sino todo lo contrario. Continúa con la situación de vulneración que han sufrido; debiendo por tanto cerrar la residencia, o pasar a manos de privados".
Así termina el lapidario informe que jueces de familia del Centro de Medidas Cautelares de Santiago hicieron tras una visita inspectiva al Centro de Reparación Especializada de Administración Directa (Cread) Galvarino, en Santiago, tan solo un mes después de que en ese lugar falleciera la pequeña Lissette, de 11 años, señala "
El Mercurio".
El documento, que es parte de otra serie de visitas a otros 7 centros de la Región Metropolitana, destaca que "a pesar de la gravedad de los hechos ocurridos el 11 y 12 de abril del año en curso (muerte de Lissette) no se observa que se hayan adoptado, ni por la residencia ni por Sename, medidas ciertas y seguras para evitar un nuevo hecho de estas características".
Advierten los magistrados un sobrecupo, ya que su capacidad es de 100 plazas, pero al momento de la visita hay 133, 26 de los cuales están en programas de acercamiento a sus familias y 4 con orden de búsqueda vigente.
Esta última información, según la instancia del Poder Judicial, "no fue entregada por la directora subrogante al momento de la visita, pese a las reiteradas consultas por parte de la jueza y consejera técnica, asegurando que ningún niño estaba en situación de abandono de la residencia, afirmando que todos ellos estaban pernoctando en ella".
Las camas que existen no alcanzan para la cantidad de niños y niñas que hay en Galvarino, dice el informe, y al momento de consultar dónde duermen los restantes, "no dan respuestas claras ni ciertas de dicha situación".
No hay pediatra en la residencia, la enfermera de horario completo renunció y quienes se encargan de la casa son educadoras de párvulos.
Al revisar las dependencias, dice el informe, "no se observa papel higiénico ni toallas ni pasta de dientes en ningún baño".
Respecto a los medicamentos, en los libros de registro "no se señala qué medicamentos se administran, a qué niñas y niños se les administra, ni la dosis en particular, solo consta que se entregaron medicamentos en general (…) falta prolijidad".
Esto cobra relevancia pensando en que en la muerte de Lissette se indaga un eventual mal suministro de fármacos.
Los encargados de casa, dice, "desconocen la cantidad de niños y niñas a su cuidado" y que "llama la atención que se reintegre personal acusado de maltrato", que estaría además repitiendo ese patrón de conductas, "sin cumplir, por lo tanto, con la protección y bienestar que están llamados a cumplir a cabalidad".
Sobre el equipo de educadores, indica el informe, "no se encuentra capacitado para enfrentar situaciones de gravedad y emergencia de niños, ya que no cuentan con proceso continuo de capacitación en primeros auxilios".
Finalmente, les llamó la atención a los jueces que se priorice la adquisición de implementos de alta calidad para tener habilitadas las oficinas del personal del Cread, "dejando de lado arreglos mínimos que propendan al bienestar de niños/as como por ejemplo los baños, que a medida que se descomponen se van clausurando".
Advierte, además, que en estas oficinas hay aire acondicionado y calefacción, siendo que en las piezas de los menores estos se calefaccionan con estufa.