SANTIAGO.- El viernes 19 de agosto el Centro de Estudios Públicos (CEP) dio a conocer una encuesta realizada entre el 9 de julio y el 7 de agosto,
que marcó una desaprobación histórica de la Presidenta Michelle Bachelet, del Gobierno y la clase política.
El director del think tank , Harald Beyer, en una entrevista a
"El Mercurio", desglosa las cifras, desmitifica algunas de sus conclusiones y apunta al rumbo de la actual administración.
"No cabe duda que la evaluación de la Presidenta Bachelet es muy pobre. Creo que ello se explica, por un lado, por una gestión que no ha satisfecho a los chilenos y, por otro, por una pérdida de confianza en ella muy brusca. La razón principal por la que los chilenos votaron por la Presidenta, de acuerdo con la propia encuesta CEP, es porque confiaban en ella y defraudó sus expectativas. Así, el castigo es muy fuerte. En un sistema presidencialista, los cambios de rumbo son muy complejos, porque la Presidenta es también la Jefa de Gobierno. Esto se agrava si el gabinete, como creo todos perciben, es muy débil. Hay una inercia de la Presidenta que hace muy difícil revertir la situación política. A menos, por cierto, que dé claras señales de cambio y lo lidere", manifestó el ex ministro de Educación.
Pese a que el Gobierno anunció el llamado "realismo sin renuncia", las encuestas siguen castigándolo. Respecto a esto, explicó que "cuando los gobiernos están en problemas, y el Gobierno de la Presidenta Bachelet sin dudas está en esta situación, deben hacer un giro brusco. Nada de eso ha ocurrido. La Presidenta insiste en que la eligieron para llevar adelante el programa, pero eso no es cierto. Es abundante la evidencia empírica que sugiere que no son las políticas específicas que promueve un candidato las que llevan a su elección.
"Esa rigidez e incomprensión de los procesos democráticos ha sepultado las posibilidades de la Presidenta y del Gobierno de remontar en las encuestas y lograr a través de esta vía mayores posibilidades de promover su agenda y darle sustentabilidad en el largo plazo", añadió.
Sobre un posible cambio de gabinete, el economista indicó que "no le vendría mal, siempre que este sirva para darle cohesión al Gobierno y retomar una agenda de cambios, quizás no tan estructurales, pero valiosos".
"Con todo, creo que es muy difícil que pueda revertir la situación actual. Por cierto, en algún momento va a recuperar algo de apoyo; suele suceder en el último año de gobierno. Pero también va a depender de la capacidad de gestionar adecuadamente el Gobierno en los próximos meses", apuntó.
Al preguntarle si es complejo "enderezar el timón" con una Presidenta que marca un 15%, dijo: "Indudablemente que es difícil, pero sobre todo, porque se inicia un ciclo electoral, donde un gobierno con tan baja aprobación comienza a ser un pasivo para el oficialismo. La Nueva Mayoría va a comenzar, ya de hecho lo está haciendo, a analizar su futuro y sus posibilidades electorales y posiblemente en ese rediseño el Gobierno no tenga la influencia que podría tener en otras circunstancias".
Por último, Harald Beyer aseguró que "indudablemente" influye el factor económico con la evaluación de un presidente.
"Indudablemente que influyen en el margen. De hecho, hay varios estudios empíricos que sugieren que el deterioro de las expectativas económicas ayuda a explicar los cambios de signo político en las coaliciones gobernantes. Pero sigo creyendo que se produjo una gran brecha entre las expectativas que tenía la población respecto de las acciones que esperaba del Gobierno y las que llevó adelante, que produjeron la caída significativa en la aprobación", sostuvo.