SANTIAGO.- Para José Santiago Jiménez Ilufi y Nibaldo Javier Pizarro Díaz, la oferta que dos monitores le hicieron en 2014 fue más que generosa. Ambos asistían a un centro de rehabilitación contra las drogas y la creación de una empresa –del tipo que fuera- era una verdadera oportunidad.
El problema es que quienes les hicieron el ofrecimiento eran José Quezada Tiznado y Daniel Rojas Navarro, ambos de 34 años, quienes ayer fueron detenidos y formalizados por conformar la banda criminal que fue objeto de la mayor incautación de vehículos robados en "portonazos", y que capturada por Carabineros en sendos operativos en la Región Metropolitana y Concepción.
El mayor Diego Rojas, jefe de la Sección de Encargo y Búsqueda de Vehículos (SEBV), dependiente de la Dirección de Investigación Criminal de la policía uniformada, explicó a Emol que Quezada y Rojas eran monitores en el centro de rehabilitación al que asistían Jiménez y Pizarro y que fue en ese lugar que les sugirieron crear a su nombre la empresa "Comercializadora H-One Limitada", con giro de venta al por mayor de huevos, con ampliación de giro a venta de vehículos, a cambio de 200 mil pesos.
"Esta banda, aprovechando los beneficios que da el sistema chileno para poder crear empresa en un día, ocuparon a dos personas que estaban en rehabilitación por droga, para que hicieran inicio de actividades de una entidad que supuestamente vendía huevos y cuando obtienen la facturación electrónica, la cúpula de banda toma control de esta empresa, en las sombras, poniendo como caras visibles a estas dos personas", reveló.
El mayor Rojas añadió que los antisociales comenzaron a desarrollar "operaciones ocultas en el sistema, como anulación de facturas, las que después van aumentando su número. Ellos hicieron unas 2.500 facturas y entre esas ocuparon algunas para inscribir los vehículos como nuevos, que en realidad eran robados. Incluso pagaron el impuesto verde y los ingresan al sistema para luego venderlos".
El jefe policial explicó que tanto Jiménez como Pizarro fueron detenidos en la primera etapa de la investigación, realizada en marzo pasado y hoy "están con medidas cautelares y son sujeto de investigación para verificar cuánto sabían ellos de esta operación, lo que tendrán que determinarlo los tribunales en su oportunidad".
Esa fue la primera empresa liderada por la cúpula de la organización criminal, encabezada por Jonathan González Queglas, quien al percatarse de que el SEV comenzó a investigarlos, abrió otra entidad: "Muzu comercializadora LTDA".
Ésta fue creada en septiembre de 2015, con el fin de seguir comprando vehículos robados en "portonazos" y reinscribirlos para su comercialización. Él está en prisión preventiva.
Escape a Inglaterra
Pero González Queglas no fue el único que se percató de las diligencias que comenzó a realizar la policía uniformada en torno a la banda, pues Esteban Zapata Ortiz (28) –ayer quedó con arresto domiciliario total-, quien era el encargado de la venta de los vehículos adulterados también se dio cuenta.
Lo anterior lo llevó a viajar rápidamente fuera del país y llegar a Inglaterra para refugiarse mientras pasara el momento más álgido de la causa.
"Hemos determinado que él estuvo unos cuatro meses fuera de Chile. Habría estado en Londres, huyendo de esta situación. Después volvió tranquilamente a Chile y se logró su detención", sostuvo.
El mayor Rojas, reveló que zapata tiene varias causas por estafa, entre las cuales se cuenta que se hizo pasar, por ejemplo, por empleado de casas de remates para conseguir beneficios.
"Nos llama la atención que se haya ido a ese país, porque estamos buscando los montos de esta organización criminal que tiene tantos afectados", explicó.
En ese sentido, el monto de 1 millón de dólares que se habló ayer, pues según informó, hay que contar el dinero entregado a la organización por las personas que compraron las máquinas y que fueron estafadas por los miembros de ésta.
Intensa búsqueda
Ayer se informó que los efectivos policiales lograron recuperar 85 vehículos de las garras de esta agrupación delictual, pero los registros hablan de 105 máquinas inscritas por la organización criminal, por lo que aún restan 20 de ellas por encontrar.
"Nosotros pedimos a las personas que revisen la primera inscripción de sus vehículos y si es de las empresas H One o Muzu, porque si lo son, podrían ser adulterados y ser revisados por nosotros para saber a qué corresponde. Las personas se arriesgan a ser acusados del delito de receptación", advirtió.
En ese sentido –adelantó- "después hay que verificar si fueron engañados o si sabían el origen de la máquina".