El Mercurio (Archivo)
SANTIAGO.- Veinte millones de pesos es lo que habría defraudado el autodenominado economista, Rafael Garay, a la Sociedad de Inversiones Silva Berríos Limitada, cuyo representante legal es Juan Esteban Silva Soto.
Así se detalla en la primera querella por estafa y apropiación indebida presentada en Santiago en contra del ingeniero comercial, actualmente prófugo en Rumania.
La acción penal fue interpuesta el jueves 29 de septiembre ante el 7° Juzgado de Garantía de Santiago, donde está radicada la causa que tramita el fiscal centro norte, José Morales, y se suma a las otras presentadas en Concepción, en una causa paralela que lleva adelante la Fiscalía de esa ciudad.
En el documento, el querellante relata que en abril de este año entregó el dinero a Garay -quien salió del país el 4 de septiembre simulando viajar a París para tratarse el supuesto cáncer que lo afectaría- para que sea invertido en su firma Think & Co para su administración, "comprometiéndose a una rentabilidad mínima de 18% nominal anual pesos, libre de impuestos y antes de comisión".
Tras ello, en los meses de mayo, junio y julio, el ingeniero entregó a Juan Silva reportes mensuales de la supuesta administración del dinero hasta el 18 de julio pasado, cuando Garay, a través de un correo electrónico, informó que debido a su "delicado estado de salud" ha tomado la decisión de cerrar su empresa Think & Co, reintegrando el 100% de los fondos invertidos.
Cierre de la empresa y devolución de dineros
En el mail, el supuesto economista detalló que la devolución a los presuntos 518 clientes se concretaría en tres etapas: la primera que implicaría el fin unilateral de contratos para 418 inversionistas, y que en ese entonces, ya se habría realizado.
Luego, vendría la segunda etapa "en proceso", de acuerdo al mensaje de Garay, que implicaba "rescindir 60 contratos adicionales, mientras que la tercera etapa "donde mantuvimos los contratos y gestión de fondos de nuestros clientes más cercanos, y que implica rescindir los 40 clientes finales".
"Si estás recibiendo este correo, es porque estás dentro de los clientes que siempre consideré más cercanos y con los que más me gustó trabajar. Y por ende, esta es la etapa que te corresponde", concluye la carta enviada por el empresario, quien -además- se comprometió a entregar el total de los fondos en un plazo máximo de 56 días.
Según agrega el querellante, el depósito de los dineros adeudados, sin embargo, nunca ocurrió, razón por la cual ahora reclama su inversión.
Rafael Garay, en tanto, permanece prófugo luego que el viernes 23 de septiembre se dictara una orden de detención en su contra e Interpol activara una alerta roja.