SANTIAGO.- Andar en bicicleta es una cosa. Pero recorrer América sobre ruedas sin motor y tener por objetivo seguir por el resto del mundo es otra. Ése es el propósito de Fernando Olivera, 28 años, oriundo de la ciudad de Juan Lacaze, en el despartamento de Colonia al suroeste de Uruguay y quien ya lleva más de 2 mil kilómetros recorridos.
Hace poco más de un mes salió de su pueblo natal y ya pasó por parte de Argentina, llegó a Viña del Mar, recorrió Reñaca y anoche alojó en Puchuncaví.
"Ahora voy al norte de Chile, pienso volver a Argentina por Salta para llegar a Paraguay. Después seguiré recorriendo América y ojalá el mundo, aunque eso es algo muy grande. Prefiero no pensarlo y si se da, se da".
Licenciado en Nutrición, dicta talleres sobre sobre alimentación saludable en las escuelas y trata el tema de la soberanía alimentaria, "el derecho de los pueblos para definir sus propias políticas alimentarias, porque finalmente la alimentación es cultural", asegura.
Así, toca puertas en colegios, juntas de vecino y lugares de reunión comunales para transmitir sus conocimientos, enseñar de nutrición y, en parte (si se puede), financiar su periplo.
"Tomar la decisión de este viaje fue difícil pero ya está recontra pagada, por la experiencia ganada y el cariño de la gente. El amiguismo que hay entre nuestros países de América es enorme. La gente no se da cuenta, pero cuando uno viaja así, todos te reciben muy bien y se nota cómo nos queremos en nuestro continente".
Ahorró durante años para cumplir este sueño, cuenta Fernando, y ahora anda, además de con dos maletas chicas amarradas a su bicicleta, con su libro de poemas escrito por él y poleras del viaje para vender. Todo resumido en su página de Facebook Un Viaje Soberano.
Cuando empieza a caer el sol, busca algún lugar donde alojar, que puede ser un hostal, residencial o a veces en carpa, si es que la noche lo pilló en alguna zona alejada.