Los historiadores Gabriel Salazar, Gonzalo Rojas y Joaquín Fermandois.
Emol
SANTIAGO.- A raíz del proyecto de ley que pretende eliminar la frase "En el nombre de Dios" al inicio de las sesiones de la Cámara, tres historiadores analizan la religiosidad en el Estado que puso en el debate la diputada del partido Comunista Camila Vallejo.
La iniciativa ha generado controversias y críticas desde los diferentes sectores políticos, a los que ella ha respondido que "no fuimos elegidos para legislar en nombre de Dios, sino por nuestros principios".
Frente a esto, el académico y Premio Nacional de Historia Gabriel Salazar sostuvo que "si se van a cambiar estos viejos juramentos que hacen referencia a la divinidad, ciertamente les duele a aquellos que creen en esa divinidad y, sin lugar a duda, los democratacristiano y otra gente que tenga fe en ese tipo de cosas reaccionará".
Sin embargo, el historiador aseguró que " estaría de acuerdo en que la fórmula litúrgica que persigue las reuniones del Congreso Nacional para darle cierto matiz de solemnidad, sea republicana, laica y se refiera al pueblo real de Chile, porque esta referencia a Dios nos remite a un período feudal y una época antigua".
Al debate también se sumó el profesor titular de la PUC Gonzalo Rojas, quien definió la controversia como "una disputa entre una mirada atea del mundo -muy minoritaria en Chile- y la concepción de la realidad que tenemos los creyentes que es la enorme mayoría de los chilenos".
Por su parte, el historiador de la Universidad Católica de Valparaíso y actual docente de la PUC, Joaquín Fermandois, denomina la iniciativa de Camila Vallejo como "una especie de guerra cultural y creo que la intención última es tratar de eliminar el cristianismo de la vida pública de forma intolerante".
Ceremonias y tradiciones religiosas
No sólo la frase "En el nombre de Dios" ha generado polémica. También en el último tiempo han surgido críticas al Te Deum que se realiza el 18 de septiembre, ya que muchos señalan que no debe ser la principal ceremonia de festejo de ese día.
En esa línea Rojas criticó que "los poderes del Estado laico no son los instrumentos de un partido ateo, el Partido Comunista; el Estado está al servicio de una sociedad de creyentes que en su inmensa mayoría son, a su vez, quienes eligen a los parlamentarios".
Al respecto Salazar dijo “que si no hay otra fórmula de remplazo, si no hemos inventado fórmulas cívicas de solemnización de un acto, bueno, mantengamos las antiguas".
Por su parte, Fermandois enfatizó en que las promesas y actos solemnes religiosos "tienen que estar y seguir así porque es parte de la historia de Chile, Chile se fundó así. La mayoría de los chilenos son católicos y eso es parte de respetar un pasado".
Esta práctica religiosa que se mantiene en algunos poderes y actos del Estado, existe según Rojas "durante toda nuestra vida republicana, y desde el Reglamento Constitucional de 1812".