SANTIAGO.- En 10 días más se realizan unas nuevas elecciones municipales en el país, una experiencia que no es ajena a la Presidenta Michelle Bachelet: Hace 20 años la actual mandataria dio su primera batalla electoral, cuando en 1996 fue candidata al municipio de Las Condes representando al Partido Socialista.
A diferencia de lo que ocurre ahora, en esos años no existían listas separadas entre alcaldes y concejales, por lo que el candidato que ganaba la elección se quedaba con el sillón edilicio y los otros más votados obtenían un asiento en el concejo. Aunque no salió electa -sólo obtuvo el 2,35% de las preferencias y Joaquín Lavín se quedó con la alcaldía-, varios de los temas que impulsó en aquella época se convirtieron en estandartes de su gestión cuando llegó a La Moneda.
Uno de ellos fue la equidad de género. De hecho, según recuerdan quienes participaron en la campaña de la actual Mandataria, ya en esa época ella proponía ampliar la oferta de jardines infantiles en la comuna, con el objetivo de mejorar el acceso de la mujer al trabajo, una propuesta que luego ejecutó como jefa de Estado.
Asimismo, su experiencia como postulante al concejo le confirmó la necesidad de empujar por una mayor equidad de género no solo en el trabajo, sino que también en la política, ya que a su juicio el hecho de ser mujer fue el que pesó para que su partido la enviara a competir en una zona donde tenía escasas opciones de ser elegida.
Así lo ha recordado la propia Bachelet en numerosos foros internacionales, donde ha destacado la implementación de la ley de cuotas en la reforma al sistema electoral que realizó su Gobierno.
El año pasado en Filipinas, dijo: "aquí hay mujeres que están trabajando por sus derechos, pero sabemos que se puede engañar al sistema".
2,35%
de los votos sacó Bachelet en esa elección de 1996
"Pueden poner las candidatas en un lugar en el que nunca van a ser elegidas, eso ya lo sé. Hace muchos años, me invitaron a ser candidata en un municipio -mi partido político tenía el 2% de los votos en esa municipalidad, así que no había posibilidad ni opciones de que ganara-, y debido a que siempre dije ‘ok, lo hago, es importante’, me terminé lanzando y saqué el 2% de los votos", rememoró.
En ese contexto, añadió entre risas que "después, cuando llegué a ser Presidenta, visité el municipio y les dije "¿ven lo que se perdieron?" Eso fue un chiste, por supuesto, pero sabemos que muchas son desplazadas, lo que es poco legal y así ponen a las mujeres lejos de las posibilidades".
Su compañera de campaña
Quien conoció de cerca el intento de Bachelet fue su amiga personal y ex ministra de Salud durante su primer Gobierno, María Soledad Barría, quien hoy postula a la alcaldía de Puente Alto. Ella también pasó por una situación similar en 1996 en otra zona difícil para los socialistas: fue candidata a concejal por Providencia.
Por ello, unieron fuerzas e hicieron varias acciones de campaña conjuntas. "Me acuerdo muy bien que hicimos una presentación ante la Dirección del Trabajo respecto de la situación de las mujeres que trabajaban en casa particular y planteamos la necesidad en aquella época de tener una legislación que pudiera mejorar su situación", contó en entrevista con Emol.
María Soledad Barría:
"Me acuerdo muy bien que hicimos una presentación ante la Dirección del Trabajo respecto de la situación de las mujeres que trabajaban en casa particular"
Asimismo, Barría recordó que ambas pusieron énfasis en el área de la salud, debido a su condición de médico y el rol que desempeñaban en el Ministerio de Salud como asesoras en esa época. "Promovíamos la prevención en salud, que había que poner los recursos efectivamente en mejorar la calidad de vida", sostuvo.
"Lo recuerdo muy bien y con mucho gusto, porque aprendimos muchísimo de lo que era el trabajo en el territorio, que es una visión completamente distinta ya que teníamos solo la visión del área médica y nos abrió una perspectiva que sirvió para todo en la vida", añadió la ex secretaria de Estado.
Una campaña con rifas y sin palomas
Fue el propio presidente del PS en esa época, Camilo Escalona, quien la llamó para que compitiera en Las Condes, tradicional reducto electoral de la derecha. El ex senador le telefoneó desde el Servicio Electoral, en la misma noche en que vencía el plazo de inscripciones, ya que nadie había querido “ir a perder” en esa comuna.
Con esas expectativas, la jefa de Estado armó una precaria campaña, con escasos aportes económicos, según recuerdan algunos militantes socialistas de la zona, quienes destacaron el entusiasmo de Bachelet pese a las restricciones que paliaban con comidas, rifas y actividades para juntar plata.
“Con muy poco apoyo, Michelle aceptó ir de candidata. Fue muy pobre, nos organizamos para ir a las ferias a acompañarla, hacer caravanas y pancartas chicas. Obviamente no salió, fue una campaña testimonial, se sabía desde el principio que la mandaron al matadero”, dijo a Emol uno de los socialistas que estuvo en la campaña.
La campaña instaló un pequeño comando en Av. Colón con Tomás Moro, en el que trabajaron unas 15 personas, incluida su tía, Alicia Bachelet. Así, combinaba su campaña con sus estudios de defensa en la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos y los cuidados de Sofía, su hija que tenía cuatro años en esa época.
De ese modo, la carrera siempre fue cuesta arriba. Con los pocos recursos que le dio el PS, la Presidenta hizo puerta a puerta y pasaba algunas tardes afuera del Apumanque para darse a conocer, ya que ese año el alcalde de la comuna, Joaquín Lavín, impulsó la idea de hacer una campaña limpia: Sin rayado de muros, ni afiches ni lienzos.