Los argumentos de los senadores que se opusieron a eliminar las tareas para la casa

"Éste es un proyecto generalista y superficial. Lo más fácil es decir ‘eliminemos las tareas’, pero eso no soluciona el problema. De lo que nos tenemos que hacer cargo es de revisar nuestro curriculum (escolar), que está sobrecargado, y el uso que se le da la jornada escolar completa.

Lo que hay que hacer aquí no es eliminar las tareas, sino reformularlas, porque hoy día se les da a los niños tareas de mucho rato y que dependen mucho de los papás. Y que los niños que tienen jornada escolar completa, que hagan las tareas en el colegio, de manera autónoma, y luego lleguen a su casa a descansar; y que los niños que tienen clases sólo hasta el mediodía, que hagan tareas en su casa. Las tareas, si es que están bien formuladas, pueden ser muy beneficiosas, porque generan hábitos y tienen un efecto sobre el aprendizaje de los niños".

"No es necesario que los planes de educación se modifiquen a través de leyes. Se pueden modificar perfectamente a través de reglamentos del Ministerio de Educación. Y además esto debiera ser una decisión de cada padre.

Ahora, más allá del aspecto educativo, si los niños no hacen tareas en la casa se pierde aún más el nexo y la relación padre e hijo. Las tareas generan un vínculo con los papás, de mayor responsabilidad, de acercamiento a sus hijos. Independiente que los padres llegan cansados, al no haber tareas, hay un mayor distanciamiento familiar".

"El proyecto es exagerado, porque no restringe las tareas, sino que las prohíbe. Además, sólo afectaría a los colegios municipales y particulares subvencionados, no toca a la educación particular pagada, con lo cual esos colegios podrían seguir dando tareas y reforzando el aprendizaje desde las casas. ¿Por qué darle esa ventaja a los colegios particulares pagados? Me parece regresivo y profundamente desigual. Además la sanción a los colegios que manden tareas a los niños es quitarle la subvención escolar. Es completamente desproporcionado y absurdo.

Es verdad que, en algunos casos, hay recarga de tareas para la casa y se podría disminuir, pero no por ley. Hagámoslo a través de circulares y recomendaciones. Puede haber una sugerencia del Ministerio de Educación, pero el ideal es que esto sea convenido entre el colegio y los apoderados. O si no, francamente es abusar del uso de la ley".

"Me parece muy complejo que, por ley, se defina una filosofía educativa. Hay proyectos educativos que son sin tareas, muy importantes y muy exitosos, pero hay otros que son con tareas, pero definir por ley lo que un establecimiento educacional tiene que hacer o no, me parece un extremo.

Creo yo que hay que buscar formas a través de las cuales se pueda aliviar el trabajo de los niños y comprender la situación de los padres. Pero no podemos imponer, por ley, proyectos educativos".