"Es un terrible hecho de violencia, sobre todo con niños y eso es más grave todavía, porque el hogar que debería ser el lugar del compartir, del amor, del diálogo, de la comprensión, llega a ser un lugar de peligro hoy día, y eso es preocupante", comentó Infanti a Emol.
Tras horas de búsqueda, Florencia Aguirre fue encontrada muerta en la leñera de su casa. Su padrastro, Christián Soto (30) quedó en prisión preventiva tras confesar el crimen y detallar que la había asfixiado con una bolsa plástica y quemado cuando la menor aún se encontraba con vida, aunque inconsciente.
El crimen se vivió de forma cercana en el Vicariato Apostólico de Aysén, ya que Florencia era sobrina de la encargada de comunicaciones.
"Yo creo que esta violencia que se expresa físicamente es fruto de una violencia que está dentro de cada uno de nosotros. Experimentamos día a día la violencia verbal a nivel político, a nivel intrafamiliar, a nivel social, a nivel económico y si a eso le agregamos otros ingredientes como droga, alcohol y pobreza, indudablemente que se puede llegar incluso a situaciones tan terribles, horrorosas, como la que estamos sufriendo hoy día en Coyhaique", señaló el obispo de Aysén.
El de Florencia no es el primer crimen altamente brutal que se registra en esa ciudad. El pasado 14 de mayo Nabila Rifo es encontrada en la calle, golpeada y sin sus globos oculares.
"Es cierto, en Coyhaique se han dado últimamente hechos de violencia que no creo que sean superiores a otros lados y otros lugares de Chile (...) Es más impactante porque en Coyhaique o en Aysén, como no somos muchos habitantes, somos más conocidos uno con otro", indicó Infanti.
Prueba de ello, para el religioso, es que la gente se reunió a protestar tras conocerse los hechos. Se realizó una manifestación con globos blancos y se hicieron barricadas en la cárcel donde está Soto, la misma donde se encuentra la ex pareja de Rifo, quien supuestamente cometió el crimen.
En ese sentido, Infanti señaló que "la gente necesita expresar su rechazo a la violencia y la exigencia de que se haga justicia cuanto antes. Porque con Nabila la justicia todavía está volando alto".
Por eso, el obispo hizo el llamado a "que reforcemos nuestras capacidades humanas, espirituales, sobre todo en el hogar para que desterremos de una vez las actitudes violentas, desde las más mínimas".
"Un llamado a un cambio, ver al otro como un hermano, no como un enemigo o como alguien que tengo que aplastar, derrumbar, insultar, marginar u oprimir", sentenció.