SANTIAGO.- Cuando la actual tarjeta bip hizo su debut, en 2003, cuatro años antes que el Transantiago, nació obsoleta. La tecnología con que opera, denominada "Mifare", ya había quedado superada en esa época por otras versiones más modernas que permitían más aplicaciones y niveles de seguridad.
Sin embargo, según el ex coordinador del Transantiago, Raimundo Cruzat, el Gobierno de la época optó por perseverar en la limitada tarjeta por su menor valor, señala
El Mercurio.Esa obsolescencia ha hecho crisis en varios momentos de los diez años del sistema: no permite usos más flexibles ni recargas más inteligentes, y en 2014, cuando se registró un masivo fraude que permitía recargarla gratuitamente mediante una aplicación, su continuidad entró en duda, y se definió su término.
El próximo año, el Metro, que desde 2013 hasta 2019 está a cargo de la gestión de la tarjeta bip, comenzará a operar el nuevo sistema de pago del Transantiago, cuya credencial incluirá múltiples usos.
El presidente de Metro, Rodrigo Azócar, explica que se trabaja en la licitación de la tecnología que traerá nuevos usos. "Conversando con el ministro, es partidario de tener un sistema de descuentos cuando la gente compra por adelantado un número de viajes o con tarjetas por un número de semanas, incluso meses".
Adelanta que el recambio de los actuales plásticos no será gratuito: los usuarios deberán pagar por las nuevas credenciales, porque las actuales irán caducando. "En principio, va a haber que pagar por la nueva tarjeta, que va a tener una tecnología más alta, va a ser más cara, pero hoy no tenemos un precio relativo".
Medio de prepago
La "bip 2.0" , que costará cerca de US$ 29 millones, se iniciará en un plan piloto que se implementará el próximo año. Junto con ella, se pondrá en marcha el sistema de prepago, que permitirá cargar dinero de una persona en la tarjeta para que pueda usarse en comercios adheridos. Esta modalidad, que es posible por una nueva ley (que se promulga esta semana), está orientada para personas de menores recursos, como jubilados, dueñas de casa o ancianos, que no son sujetos de crédito.
"Este proyecto nos entusiasma, porque los metros son factores de cohesión social. Es un acceso democrático a la modernidad", señala Azócar.
Para poner en práctica la nueva ley, el Banco Central y la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras realizarán estudios para aplicar la normativa. También Metro, según anuncia Azócar, busca un asesor que conozca el modelo y permita dirimir entre aplicar sistemas como el de Londres (con transacciones online) o el de Hong Kong o Tokio (presenciales).
El ex coordinador de Transantiago Raimundo Cruzat dice que la nueva tarjeta bip representa un paso al frente en calidad para el Transantiago. "Era una carencia que esto no existiera. Es importante que el nuevo sistema tenga muchas alternativas. No solo abonos, también tarjetas por duración, pensando en turistas o en gente que vive en otras ciudades y viene a Santiago por un tiempo. Si bien esto no resuelve la evasión, no le hace mal al sistema", opina.
Líneas 3 y 6
Ayer, el presidente de Metro dio a conocer avances y novedades que tendrán las nuevas líneas 3 y 6 (con 69% de avance) que permitirán unir a comunas como Quilicura, Huechuraba, Conchalí, Independencia, Cerrillos, Pedro Aguirre Cerda, Lo Espejo y San Bernardo al metro, a partir del próximo año y hasta 2021, cuando se espera la entrega de la extensión de la Línea 3. Para ese entonces, se espera sumar 197 millones de pasajeros anuales a la red.
Entre ellas, que habrá intercomunicadores en las estaciones que permitirán guiar a los pasajeros y resolverles dudas, debido a que al no haber boleterías atendidas por cajeros, los recintos serán prácticamente automáticos. Asimismo, se precisó que solo habrá 18 puertas de andén de las 28 que tendrá el proyecto de las nuevas líneas.
