José Alvujar, El Mercurio
SANTIAGO.- Este martes se conmemora el "Día de Todos los Santos", fecha en la que un 40% de los chilenos declara visitar a sus seres queridos en el cementerio. Esto, según el Estudio de la Muerte elaborado por el Parque del Recuerdo junto al Instituto de Sociología de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Investigación que revela que visitar este tipo de lugares continúa siendo uno de los ritos más arraigados entre los chilenos, con un 60% de personas que recuerdan de esta manera a quienes ya partieron.
La segunda fecha de preferencia son los días de cumpleaños y junto con eso ha aumentado la tendencia por conversar y pensar sobre la muerte desde el 2010 a la fecha , ya que actualmente un tercio piensa en este tema, mientras que un cuarto habla de ello.
“La muerte es un tabú en el mundo moderno, lo que responde a que hay ciertas cosas que se viven de manera más íntima y, por lo tanto, no se hablan. Es un tema que se retira excesivamente hacia la escena privada”, explicó el decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Católica, Eduardo Valenzuela.
Respecto el temor que genera este tipo de situaciones en la gente, el informe concluye que, de manera similar a otros años, un 90% de los chilenos teme a la muerte de un hijo, un 80% a la de su pareja, mientras que un 70% al fallecimiento de sus padres. En tanto, lo que menos temor produce es la propia muerte y quienes menos le temen a esta última son los mayores de 55 años.
En misma línea, un 50% ha pensado en cómo le gustaría ser sepultado al momento de fallecer. La sepultura bajo tierra es la primera opción que fue manifestada por los encuestados, en tanto un tercio indica que le gustaría ser cremado. Tendencia que es coherente con las cifras entregadas por el Registro Civil, el que indica que durante el 2016 un 90% de las personas de la Región Metropolitana fue sepultado.
Otro de los aspectos revelados establece que al momento de morir, lo que se considera más importante por la mayoría de los chilenos es estar rodeados por sus seres queridos, seguido de no tener sufrimiento o dolor, y estar consciente y con capacidad de comunicarse.
