SANTIAGO.- Atención normal en las oficinas del Registro Civil, el rechazo de los fiscales al proyecto de reajuste salarial y el llamado a paro nacional convocado por el movimiento "No+AFP", han marcado las primeras horas de una nueva jornada de paralización del sector público en el país.
Pese a que se dijo en un primer momento que los funcionarios del servicio seguirían hoy plegados a la movilización, como el viernes pasado, fue la misma presidenta de la Asociación Nacional de Empleados del Registro Civil de Chile (Anercich), Nelly Díaz, quien descartó dicha información.
"Hoy atendemos en forma normal en el Registro Civil distinto a como muchos medios de comunicación dijeron que no estábamos atendiendo", sostuvo la dirigenta.
Díaz anunció que en su servicio habrá una votación para decidir si se suman a la paralización convocada para el viernes por la citada agrupación, aunque hoy ella como dirigente gremial acudió al punto de prensa en el que participaron los líderes de ésta.
"Nosotros somos súper respetuosos de nuestras bases. Recibimos una invitación de Luis Mesina el viernes pasado, la aceptamos y hoy venimos a prestarle el apoyo y hoy estamos en un momento de votación para ver si nos adherimos o no el viernes", recalcó.
Reajuste escalonado
Por su parte, la Asociación de Fiscales criticó que se pretenda congelar los sueldos más altos de los profesionales que trabajan para el Estado.
La idea es parte del proyecto que el Ejecutivo envió al Congreso y que se votará este miércoles en Valparaíso.
"Si bien parece loable la idea de mejorar las remuneraciones de los trabajadores adscritos a los escalafones más bajos de la administración, se busca una solución simplista, populista, poco estudiada y -en definitiva- contraproducente", sostuvo la entidad en un comunicado.
El texto agrega que "congelar la remuneración de los sueldos más altos, implica castigar innecesariamente a los profesionales que han optado por el servicio público, estimulando la pérdida de experiencia en beneficio del sector privado".
A lo anterior se suma, que a su juicio, "se hacen menos atractivos los ascensos internos y pierden fuerza aquellas iniciativas que buscan premiar el mérito dentro de las organizaciones del Estado".
