SANTIAGO.- Luego de estar casi una década liderando el Colegio de Profesores, Jaime Gajardo, sufrió hoy una estrepitosa derrota a manos de sus principales adversarios, la llamada "disidencia".
Durante su extensa gestión pasaron tres Gobiernos, ocho ministros de Educación, ocurrió el levantamiento estudiantil y la mayor reforma educacional y docente de los últimos años.
Gajardo, de 62 años, militante comunista y profesor de Historia de la U. Técnica del Estado (actual U. de Santiago), asumió la presidencia del Colegio de Profesores en noviembre de 2007, tras imponerse, en unas reñidas y polémicas elecciones, a la entonces lista de la Concertación.
Con el tiempo, su liderazgo se fue consolidando y llegó a ser indiscutido al interior del Magisterio, siendo reelecto en otras dos ocasiones (2010 y 2013), sumando el apoyo de los militantes de los partidos de la Concertación y la Nueva Mayoría, respectivamente, y aumentando la cantidad de representantes en la directiva nacional.
El "telefonazo" y la "rebelión de las bases"
Sin embargo, en los últimos dos años varios hechos precipitaron su declive. Uno de éstos fue su cuestionado rol de negociador con el Gobierno por la llamada "agenda corta".
En esa ocasión, Gajardo firmó un acuerdo con el Ejecutivo, el que fue rechazado por amplios sectores del profesorado; y protagonizó un episodio conocido como el "telefonazo", en que recibió un llamado telefónico de un funcionario del Mineduc con una propuesta para impedir que los profesores se fueran a paro, la que, en principio, aceptó.
Este método de negociación fue duramente criticado por la entonces "disidencia". Todo esto derivó en la llamada "rebelión de las bases", en que los docentes iniciaron una extensa movilización.
Una situación similar se vivió en 2015, ahora durante la tramitación del proyecto de Carrera Docente impulsado por el Gobierno, la que finalmente fue respaldada por Gajardo, pese al rechazo que mantuvo la "disidencia". Esa vez nuevamente los profesores protagonizaron una paralización que se extendió por casi dos meses.
"Se nota que la Carrera Docente fue una imposición y Gajardo no fue lo suficientemente firme, y la gente terminó no creyéndole, su independencia quedó entredicho", comentan desde el interior del gremio.
Según señalan, todo esto habría decantado en que Gajardo perdiera credibilidad entre los profesores y se cuestionara su autonomía del Ejecutivo. "Los profesores que lo habían apoyado lo vieron muy ligado al Gobierno", señalan.
La alianza de la llamada "disidencia", que esta vez corrió unida en una sola lista, terminó por sentenciar el futuro de Gajardo en el magisterio, quien tras liderar por casi una década a los profesores, hoy sólo obtuvo el 13% de los votos, muy por debajo del 65% de sus principales oponentes.
Hoy Gajardo, al reconocer su derrota, defendió los logros de su gestión y atribuyó el resultado adverso, entre otros factores, a que los profesores aún no ven los resultados concretos de la Carrera Docente –los que según él ya llegarán–, a que hoy no es tan bien visto ser militante de un partido político y a que existe un "plan para alejar al Partido Comunista del movimiento social".