SANTIAGO.- Ciento treinta y cinco estudiantes de África, Latinoamérica y el Caribe llegaron el martes al Palacio de La Moneda, donde la Presidenta Michelle Bachelet los recibió en su calidad de becarios beneficiados por los programas gestionados por la Agencia Chilena de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AGCID) de la Cancillería.
Se trata de una iniciativa que comenzó en 1993 y que está destinada a la formación y perfeccionamiento de extranjeros en Chile y por la cual ya han pasado cerca de 10 mil profesionales, que una vez que estudian en nuestro país ponen sus conocimientos en práctica en los gobiernos e instituciones públicas de sus naciones de origen.
A juicio del embajador Juan Pablo Lira, director de la AGCID, el paso de los becarios por nuestro país es parte de la política de integración que desarrolla el Ministerio de RR.EE., la cual durante los últimas semanas ha sido puesta bajo la lupa ante el explosivo aumento de la migración, cuya regulación legal data de 1975.
Por ello, el diplomático dijo a Emol que "para Chile, este es un instrumento de política exterior muy importante (…) porque los becarios también son difusores de lo que es Chile en lo positivo, en lo que somos culturalmente y cada vez el país se va haciendo más conocido en el mundo en términos positivos y eso es muy bueno".
En medio del debate migratorio, Lira destaca que "la reacción de los becarios, que son en su inmensa mayoría latinoamericanos, es primero de agradecimiento y de bastante sorpresa de lo que es Chile (…) es una reacción de mucha admiración", por lo que cree que el intercambio tanto académico como social "es una cosa positiva".
Percepción de los estudiantes
Dafne Bernard es haitiana y una de las beneficiadas por las becas de la AGCID. Trabaja para la cancillería de su país y llegó en marzo pasado para cursar un magister en estudios sociales y políticos latinoamericanos en la Universidad Alberto Hurtado.
Sobre cómo ve la discusión sobre los inmigrantes, asegura que "Chile es un país que está acogiendo mucha migración y pienso que hay una preparación que hay que hacer, porque el chileno no está acostumbrado a tanta llegada de extranjeros".
Según Dafne, hasta ahora "no se ha notado persecución a los migrantes, no hay malos tratos tampoco" y cree que se trata de un proceso. "Va a tomar tiempo para que la gente se vaya acostumbrando. Es como cuando uno tiene una casa y está esperando a dos personas, pero vienen cuatro o cinco, y piensa en qué espacio lo voy a acoger".
"Chile es un país que está acogiendo mucha migración y pienso que hay una preparación que hay que hacer, porque el chileno no está acostumbrado a tanta llegada de extranjeros"
Dafne Bernard, estudiante haitiana
"El tiempo es el que da la oportunidad a la gente de entender lo que está pasando y de acoger mejor y crear medios para recibir, porque muchas veces las políticas públicas no están preparadas y deben re-hacerse para acoger a los migrantes".
Una experiencia similar ha tenido Nazareth De la Llata, mexicana que estudia un magister en nutrición. Para ella, "ha sido bueno el recibimiento, ha sido difícil acoplarse a la cultura, que es muy diferente, pero no he tenido ninguna situación extraña. Al contrario, he vivido la parte de compartir la diferencia y entonces ha sido positivo".
No obstante, reconoce que "he escuchado que hay prejuicio hacia el hecho de que el extranjero viene a quitar oportunidades de trabajo, de becas. Pero es cuestión de reciprocidad, así como venimos a aprender lo positivo de Chile para llevarlo a nuestros países e implementarlo, nosotros también recibimos a chilenos en nuestro países".
Los prejuicios y el valor de la educación
La misma visión tiene la colombiana Jenny Rodríguez, quien estudia un magister en agronomía. "Hay algún prejuicio por el colombiano (…) quizás la publicidad, los noticieros, resaltan mucho lo que sucede con los colombianos que migran, la delincuencia que hay y eso no se puede tapar, es correcto".
"Nunca he sentido discriminación, pero si pensamientos muy cerrados hacia la diversidad cultural"
Karen Monterrosa, estudiante de El Salvador
"Pero entre la gente existe un prejuicio cuando uno dice que es colombiano, porque compara con las personas que están por un mal camino. Entonces, creo que debe haber un pensamiento mucho más abierto, todos somos diferentes, yo no puedo juzgar a todos los chilenos por la acción de una sola persona", añadió.
Karen Monterrosa llegó desde El Salvador a estudiar ingeniera en alimentos y dice “está bien que Chile conozca otras culturas, porque se abren un poco más al mundo, siento que son muy en sí mismos. No conocen donde queda mi país u otros, entonces hay que conocer que hay más diversidad y aceptar las diferencias de las personas".
Asimismo, asegura que "nunca he sentido discriminación, pero si pensamientos muy cerrados hacia la diversidad cultural. En el caso de Centroamérica, hay pocas personas de nuestros países acá y están bien, pero sienten situaciones de competitividad muy fuertes y de repente las diferencias hacen rivales y no unen a las personas".
"Es cuestión de educación, de que de muy chiquitos se empiece con esos valores hacia las diferencias"
Nazareth De la Llata, estudiante de México
Consultadas sobre cuánto ayudaría una nueva ley de migraciones para evitar los roces, todas coinciden en que lo principal es la educación. "Es cuestión de educación, de que de muy chiquitos se empiece con esos valores hacia las diferencias. Es más que una política gubernamental, va en la estructura familiar", comenta De la Llata.
En tanto, Rodríguez cree que "desde niños hay que aceptar la diversidad. Todos somos iguales indiscutiblemente del color, la raza, el idioma y ahí vamos a crecer sabiendo eso, no viendo diferencias. Luego, ya se escala a algo de gobierno, pero lo principal es la educación y los valores de casa, es lo más importante".
Monterrosa recuerda que "los niños empiezan a escuchar los comentarios de los papas o de los adultos, de los medios de comunicación que juegan un papel de vital importancia en esto (…) tenemos que trabajar en eso, es responsabilidad de todos, tanto del gobierno como de los ciudadanos comunes".
"Sabemos que las decisiones que toman los gobiernos van en función de la evolución de los pensamientos de la ciudadanía y ellos son el reflejo de lo que somos, entonces es importante empezar a transmitir lo positivo de los países y de las personas", concluyó.