Un agente de la Policía Federal australiana posa junto a la cocaína incautada. Su avalúo es cercano a los US$ 259 millones.
EFE
SANTIAGO.- Caía la noche de Navidad, y en el muelle de la zona de Parsley Bay (a las afueras de Sydney), Simon Spero (56) manejaba un bote inflable que iba a recalar en un embarcadero con 500 kilos de cocaína envueltos en plástico y con el logo de la marca Armani.
Allí los esperaban otros miembros de una organización dedicada al tráfico de droga, pero también policías federales, locales y efectivos de la aduana australiana,.
Los casi dos años y medio de investigación bajo reserva daban resultados: 15 detenidos entre el 25 y el 28 de diciembre en distintos puntos del país, lo que permitió desbaratar una de las bandas más "robustas" y "sofisticadas" de narcos, según la policía.
Toda la "Operación Okesi" dejaba casi 1,1 tonelada de cocaína incautada, una cifra histórica para las autoridades australianas. Esta se compone por la carga requisada días atrás, como también otros 600 kilos que habían sido interceptados por la Marina francesa en las costas de Tahití en marzo pasado y que iban en dirección a Australia.
La prensa de ese último país se preguntaba de dónde provenía la droga. La respuesta fue Sudamérica, específicamente Chile, distante a más de 11 mil kilómetros, señala "
El Mercurio".
Rutas internacionales
Según especificaron medios australianos, citando a fuentes de la policía, el modo de tráfico consistía en que una empresa pesquera local enviaba al barco de arrastre "Dalrymple" al océano Pacífico para encontrarse con la "nave madre" que contenía la droga y que había salido desde un puerto chileno.
Este descubrimiento no es nuevo para la Policía de Investigaciones (PDI) ni para la Fiscalía Nacional: el análisis que se hace en ambos organismos es que los puertos y aeropuertos nacionales se están convirtiendo en lugar de paso para que los traficantes sudamericanos "limpien las rutas" y así internar cocaína en Europa y Oceanía.
El jefe de la Unidad de Drogas del Ministerio Público, Luis Toledo, explicaba ya en 2015 esta tendencia, en el lanzamiento del "Observatorio del Narcotráfico".
"El aumento de oferta de droga en el país se explica justamente por la posibilidad de ser tanto un mercado que está adquiriendo más droga, pero también, particularmente, de ser un mercado de tránsito hacia otras regiones más desarrolladas del mundo. Esto es, hacia Europa, Australia, EE.UU.", planteaba.
Según el Informe de Drogas de la ONU de 2015, el tráfico de cocaína hacia Australia provenía de puertos chilenos y peruanos.
Toledo agregaba que si bien Chile no producía cocaína, sí estamos en una región donde se elabora, en especial en las "zonas vecinas", especificando a Perú, Bolivia y Paraguay.
Es más, de acuerdo con las estadísticas de la Unidad de Drogas de la fiscalía, los pasos fronterizos de las regiones de Arica, Tarapacá y Antofagasta concentraban cerca del 90% de ingreso de cocaína a nuestro país.
Gancho ciego
Según comentan fuentes de la PDI, efectivos de la Jefatura Antinarcóticos ya se contactaron con sus pares australianos para preguntar detalles de la operación, pero también para saber si tienen información sobre si hubo otras paradas por Sudamérica que realizó la "nave madre" antes de zarpar de Chile con destino a Sydney.
Esto tiene un objetivo claro: ver si la cocaína que transportaba se ingresó en territorio chileno o en otra parte mediante el mecanismo de "gancho ciego".
Este es un mecanismo para transportar bolsos o mochilas de cocaína al interior de containers, vulnerando los sellos para luego duplicarlos y así aparentar que la carga no fue modificada.
