SANTIAGO.- En momentos en que Chile enfrenta los peores incendios forestales de las últimas décadas, la mitad de los aviones con que cuenta la Corporación Nacional Forestal (Conaf) para combatir estas emergencias están fuera de servicio.
Así lo reconoció ayer el director ejecutivo de la corporación, Aarón Cavieres, al término de una reunión con el ministro de Agricultura, Carlos Furche.
De las seis aeronaves con que cuenta la Conaf para combatir siniestros —además arrienda un número adicional a empresas privadas para complementar ese trabajo—, tres están en tierra por distintas razones, informó "
El Mercurio".
se trata de un avión Air Tractor 802F, que actualmente está en mantención —“debería estar funcionando en una semana más”, afirmó Cavieres—, y dos aeronaves Dromers PZL, importados desde Polonia. Mientras el primero de estos sufrió una falla de motor durante un vuelo —“el piloto logró aterrizar correctamente”, relató el director ejecutivo de la Conaf—, el segundo sufrió un accidente en la pista de Rodelillo, en la Región de Valparaíso, en noviembre.
¿Qué sucederá con estos dos Dromers? En el caso del primero, la corporación pretende comprar un motor nuevo debido a que “es la solución más rápida que tenemos, porque el proceso de reparación significa tener el avión detenido durante mucho tiempo”. Cavieres no tiene un plazo definido para este cambio, y asegura que todo dependerá de la reposición del motor.
En cuanto a la segunda de estas aeronaves, relató que “se fue de punta” y dejó su hélice enterrada en un sitio de Rodelillo (ver fotografía). Su reparación “dependerá de la respuesta que dé la compañía aseguradora” en Londres.
Estos aviones son relevantes para facilitar el trabajo que realizan en tierra las brigadas que combaten el fuego. Mientras el Air Track puede transportar 3.100 litros de agua, los Dromers pueden arrojar de 1.600 a 2.000 litros.
Según la página web de la Conaf, estos aviones cisterna funcionan como “baldes con alas”, pues en vez de ser un sistema de control total del fuego, “apoyan al combate terrestre y deben trabajar en coordinación con las brigadas. Deben ser utilizados preferentemente en ataque inicial, en los primeros momentos del incendio, en incendios pequeños, o bien en focos pequeños de incendios más grandes. Extinguir grandes focos será inefectivo y costoso”.
Otro factor para utilizarlos es que el abastecimiento de agua debe estar cerca, para impedir que el fuego rebrote mientras la aeronave vuelve a recargar su estanque.
La revelación sobre los aviones institucionales surge en momentos en que la Conaf es foco de críticas en las comunas afectadas por los incendios, pues alcaldes y parlamentarios de distintos partidos políticos han cuestionado el liderazgo y la gestión de Cavieres, al punto de que algunos han solicitado su renuncia.
“Los parlamentarios tienen todo el derecho de hablar y fiscalizar lo que quieran”, respondió el jefe de la Conaf.
En cuanto a los cuestionamientos sobre cómo el Gobierno ha distribuido los recursos para combatir los focos, sostuvo que “no hemos ofrecido más recursos. Lo que hemos dicho es que tenemos para enfrentar la situación que se avecinaba”.
Más recursos
Cuando los recursos aéreos de la Conaf no dan abasto para enfrentar un incendio, se activa un convenio con la Oficina Nacional de Emergencia, según el cual esta última comienza a contratar refuerzos en el sector privado.
De acuerdo con lo que se explica en un oficio requerido por el diputado Iván Flores (DC), para la actual temporada de incendios —comprende desde junio de 2016 hasta junio de 2017—, la Onemi cotizó el valor de arriendo de 48 aeronaves en el sector privado.
La más económica corresponde a un helicóptero BELL 2006 clase 5, cuyo arriendo cuesta 1.900 dólares la hora, mientras que la más cara es un helicóptero Sokol clase 1, con $4,5 millones (IVA incluido) por cada 60 minutos.
Investigación y querella
En cuanto a la investigación de los incendios y las sanciones a quienes los provocan, el fiscal nacional, Jorge Abbott, dijo en Puerto Montt: “Hay diligencias de investigación. Recién llevamos un par de días. Hay líneas de investigación que se están desarrollando, y los fiscales están buscando elementos que puedan determinar participación de personas, ya sea en forma negligente o dolosa”.
No obstante, advirtió que “si bien es cierto que hay un porcentaje importante de incendios en que no se logra identificar quiénes son eventualmente los autores —puesto que muchos casos son producto de negligencias de algunas personas—, sí hay casos en los cuales es posible determinar conductas concretas que pueden atribuirse a ciertas personas, y en esos casos los incendios son sancionados y hay bastantes sanciones a nivel nacional respecto de delitos de incendio”.
Ayer, en tanto, la Intendencia Metropolitana presentó una querella criminal contra Andrés Sepúlveda Vásquez, a quien atribuye el delito de incendio en el caso del siniestro que ha consumido cuatro mil hectáreas en el sector de La Cabrería, en Talami de Alhué, provincia de Melipilla.