SANTIAGO.- Según una meta comprometida por Chile ante la ONU en 2010, el país debía llegar a 2020 con una cifra máxima de 1.276 muertes por accidentes de tránsito, un 20% menos que los 1.595 registrados al inicio de la década. Sin embargo, en lugar de ir a la baja, las cifras muestran una tendencia al alza desde 2012.
De acuerdo con datos preliminares dados a conocer por Carabineros (se procesan hasta abril, con un análisis de cada caso), el año pasado hubo 1.675 fallecidos por siniestros viales, la mayor estadística en ocho años y una de las más altas desde 1972, cuando se comenzaron a contar oficialmente los siniestros.
En cuanto a los lesionados, según consigna
"El Mercurio", los números también son desalentadores. En 2016 se llegó a una marca histórica de 63.384 heridos, 5.439 más que los 57.945 de 2015.
Gabriela Rosende, secretaria ejecutiva de la Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito (Conaset), dice que aunque las cifras "tienen algo de azaroso, porque pueden depender de un accidente con muchos fallecidos, como dos que tuvimos el verano pasado, existe una relación con la cultura vial, porque la gente no toma conciencia de un buen comportamiento en la vía".
El ministro de Transportes, Andrés Gómez-Lobo, atribuye el alza al aumento del parque automotor. "Hay más vehículos en la calle; por lo tanto, más posibilidades de accidentes. Claramente, quisiéramos bajar las cifras, y en eso hacemos un llamado a la conciencia ciudadana, porque no podemos tener control de todos los vehículos en las calles", afirma.
Distinto piensa Alberto Escobar, especialista en seguridad vial y gerente de asuntos corporativos de Automóvil Club: "La tasa de motorización no es la causa del aumento. El problema es que no hacemos nada para controlar la velocidad y no hay voluntad política para tomar acciones, como reducir la velocidad máxima, responsable del 40% de las muertes. No hay interés ni sensibilidad".
Alta carga legislativa
El Gobierno tiene en primer trámite legislativo (desde 2013) un proyecto de ley que busca aumentar los controles de velocidad mediante la implementación de fotorradares. También tiene otro (de convivencia vial), en segundo trámite, que reduce a 50 km/h la velocidad máxima en zonas urbanas.
El ministro reconoce que "se ve bastante complejo" agilizar la tramitación de la iniciativa que permite reinstalar los fotorradares en las calles, "dado el número de proyectos que ya están en el Congreso y los que quedan todavía por ingresar".
Escobar advierte que los fotorradares son claves para cambiar la tendencia: "México los implementó hace un año y redujo en 50% los accidentes y muertos, además de la severidad de las lesiones".