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A diez años del Transantiago: Las cinco falencias de las micros amarillas que el actual sistema logró corregir

El 10 de febrero del 2007 fue implementado el nuevo plan de transportes que trajo fuertes quejas entre los usuarios. A pesar de ello, hubo algunos aspectos positivos en comparación con el anterior sistema.

10 de Febrero de 2017 | 11:01 | Emol
SANTIAGO.- Cuando comenzó el Transantiago, hace exactamente 10 años, el sistema prometía mejorar la calidad del servicio y modernizar el transporte público a través de una nueva licitación de buses para así reducir la ineficiencia y congestión vial generada por la duplicación de recorridos

Sin embargo, la realidad fue otra. El 10 de febrero del 2007 se puso en marcha una de las políticas públicas más criticadas de las últimas décadas.

Ese día es recordado por las imágenes de miles de usuarios atochados en los paraderos de micros, sin entender las nuevas combinaciones y teniendo que tomar viajes más largos. Las ocho mil micros amarillas que transitaban diariamente por las calles fueron reemplazadas por un poco más de cuatro mil buses, siendo que se esperaba que fueran 5.600.

Diez años después de aquella caótica implementación, el servicio ha tenido ciertos avances gracias a múltiples ajustes en la malla de recorridos y al aumento de alrededor de tres mil buses.

El descontento de los usuarios se tradujo en que el parque automotriz ha duplicado su flota, de 778 mil autos en 2007 pasó a cerca de 1,5 millones en 2016. En cuanto al pago del pasaje, el costo de este ha aumentado, desde su implementación hasta hoy, en $380 a toda hora a $740 en horario punta.

"Sin duda una de las promesas incumplidas del Transantiago es haber sido una alternativa al automóvil y segundo, ser un sistema de transporte público de clase mundial que sin duda no fue", comentó Louis de Grange, académico de la Universidad Diego Portales y experto en Transportes.

Actualmente lo que más preocupa a las autoridades es el nivel de evasión. La calidad del servicio, la desinformación y el alza en el pasaje hacen que quienes no paguen sean actualmente tres de cada diez usuarios del Transantiago, lo que equivale a un 28,7% según la última cifra.

Pero dentro de este panorama, el Transantiago logró corregir algunas falencias que las micros amarillas arrastraban desde principio de los 90.

Informalidad de choferes


Las recordadas micros amarillas se financiaban a partir de la oferta que se generara en las calles, lo que se transformaba en una peligrosa competencia para captar pasajeros entre los conductores de los cerca de 6 mil microempresarios, quienes además no contaban con normas laborales y trabajaban, en su mayoría, en condiciones deficientes.

"Un aspecto a rescatar es que los conductores están en una industria más formal, tienen leyes laborales, imposiciones, vacaciones legales. En ese sentido los conductores están más tranquilos que antes en las micros amarillas y menos estresados", comenta De Grange.

A partir de licitaciones a empresas chilenas y extranjeras, el Transantiago logró asegurar ciertos recorridos que no eran antes abarcados por los dueños de buses.


"Antes, tener un sistema dependiente de cerca de 6 mil microempresarios, hacía que la gestión de flota se distribuyera en aquellos puntos que representaban efectivamente carga de pasajeros para el sistema, lo que dejaba muchas 'zonas grises', donde los usuarios simplemente no tenían opciones de servicios", explica Guillermo Muñoz, máximo representante del Directorio de Transporte Público (DTP).

Así mismo, en el antiguo sistema de transporte, un 80% de la oferta de buses pasaba por algunos de los seis ejes más importantes de la ciudad, lo que generaba graves problemas de congestión, afirman desde el DTP.

Disminución de accidentes


Desde que se instauró el Transantiago, la cifra de accidentes registró una considerable disminución. El 2006, último año de las micros amarillas, hubo 4.951 accidentes donde con buses involucrados, pasando el 2007, el primer año del Transantiago, a 3.406.

El año 2015 se registró una disminución de un 59,5% en los siniestros vehiculares que involucraban buses respecto al último año del antiguo sistema.

El mayor control de la flota de buses que transitan por las calles ha permitido la modernización de las máquinas, incorporando mayor calidad de sistemas de seguridad tanto para los conductores como para los usuarios y un reforzamiento de campañas de autocuidado vial.

Otro factor de riesgo de accidentes era la forma en que los operadores obtenían sus ganancias. Al recibir los ingresos directos por pasajeros transportados, los conductores caían muchas veces en un manejo más rápido y peligroso.

Buses menos contaminantes


Desde este año se incorporará la tecnología EURO VI a ciertos recorridos del Transantiago, los cuales contaminarían 10 veces menos que a los actuales.

El nuevo bus, lanzado ayer por el ministro de Transportes, Andrés Gómez Lobo, es ambientalmente sustentable ya que es capaz de reducir un 66% la emisión de material particulado y un 80% de óxido de nitrógeno.

En cuanto a la contaminación acústica, la máquina es más silenciosa ya que alcanzaría una disminución del 50% del ruido que genera su funcionamiento.

Las micros amarillas, por su parte, producían un nivel de ruido equivalente a 14.3 vehículos livianos.

Menos robos


Ya el 2009, a dos años del nuevo Transantiago, el entonces ministro de Transportes, René Cortázar, informaba que la disminución de los delitos en buses había tenido había bajado de 2.407 a 947 al año, es decir, a menos de la mitad.

Un informe realizado el 2014 por la Subsecretaría de Prevención evidenciaba que las denuncias por robo habían tenido una baja de un 60% en los 16 puntos más críticos de Santiago, los que se distinguen por su cercanía a estaciones de Metro o paraderos de micros.

"Si bien han disminuido los robos, un sistema de transporte público no se define para eso, sino que para mejorar la calidad de los viajeros. El objetivo no es ese, el objetivo era mejorar la calidad de viaje de las personas, generar una alternativa de sistema sustentable y nada de eso se cumplió", estima De Grange.

Mejoras para estudiantes


Los estudiantes se han visto beneficiados por el Transantiago gracias a un mejor trato hacia ellos y su forma de pago, aseguran las autoridades.

"El trato hacia los usuarios ha cambiado, debido a que los conductores no tienen la responsabilidad de cobrar para generar su propio sueldo. Esto implica que, por ejemplo, los estudiantes no reciban discriminación por pagar con tarifa subsidiada", explica el director del DTP.
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