SANTIAGO.- De manera periódica, la consultora QS elabora un ranking con las mejores universidades del mundo, según su desempeño y considerando las disciplinas que imparte.
El año pasado, la agencia inglesa posicionó a seis áreas de la U. Católica -como Educación, Administración y Arquitectura- entre las 50 mejores del mundo, una cifra que este año aumentó a nueve con la incorporación de las carreras de Sociología, Comunicaciones y Teología.
De acuerdo a lo que informa hoy
El Mercurio, en total, 32 disciplinas del plantel aparecen entre las mejores del planeta y 17 de ellas fueron ubicadas en el top 100, lo que en la UC atribuyen a un "trabajo constante" y a la colaboración de su comunidad de ex alumnos.
El rector Ignacio Sánchez explica que "en la U. Católica hay un trabajo constante de profesores, estudiantes, profesionales y administrativos que se orienta a realizar un trabajo serio y riguroso con el objetivo de avanzar en calidad. Pero además, estamos incorporando cada vez más a los ex alumnos para que aporten desde su experiencia, competencia y posibilidades a la calidad de nuestro proyecto".
Para Sánchez, es destacable que en casi todas las disciplinas "hubo un crecimiento, e incluso en áreas muy competitivas, como Ingeniería y Medicina".
Eduardo Arriagada, decano de Comunicaciones del plantel -área con la cual "El Mercurio" imparte un magíster de periodismo escrito-, dice que si entre 2014 y 2015 mejoró la imagen de los egresados frente a sus empleadores, "ahora mantenemos muy alto ese dato y subimos 14 puntos en el prestigio de la facultad entre otras universidades del mundo. Esto, sumado al impacto de nuestros trabajos de investigación, explica este cambio de posiciones".
Con todo, Sánchez advierte algunas dificultades para continuar con la mejora en calidad, como la reducción de recursos producto de la adhesión a la política de gratuidad y la eliminación del Aporte Fiscal Indirecto, que desató una pugna judicial entre el plantel y el Estado.
"Es evidente que una universidad requiere recursos para poder desarrollar su proyecto educativo, crear nuevo conocimiento y aportar al país en todas las áreas, científicas, sociales, culturales y artísticas. La restricción de recursos en el mediano y largo plazo va a tener un efecto muy claro en disminuir la calidad del aporte de la universidades a la sociedad", plantea el rector.
A su juicio, las indicaciones que enviará el Gobierno a la reforma a la educación superior deben apuntar a mejorar la calidad, tener una adecuada definición de lo público, resguardar la autonomía universitaria, regular el sistema sin asfixiarlo, incorporar estándares internacionales, estimular la ciencia y financiar sustentablemente a los estudiantes.