SANTIAGO.- Son las 13:00 horas y hace 30 minutos que espero en un paradero fuera de la estación de Metro Unión Latinoamericana. A lo lejos, un bus de color verde agua, que por su tamaño resalta por sobre el resto de los vehículos, se acerca a paso lento por la Alameda.
Es una máquina del servicio 424, pero distinta a otras que realizan el recorrido: se trata del bus de dos pisos que comenzó a funcionar esta mañana y que recorrerá la Alameda las próximas seis semanas, en un plan piloto para evaluar su eventual adición a la flota del Transantiago, con miras a la próxima licitación del sistema en 2018.
El bus reluce doblemente en comparación a las otras micros. Además de alto, desde fuera se ve brillante y limpio. Las puertas se abren sin golpes y una persona -con la polera de Metbus, la empresa operadora del servicio- me da la bienvenida. Definitivamente no es como los otros recorridos del Transantiago.
Pago con mi tarjeta Bip! y entro al bus que emula el estilo londinense del transporte público, que en el caso de Santiago recorrerá la avenida Libertador Bernando O'Higgins desde las estaciones del Metro Las Rejas hasta Universidad de Chile.
La actitud acogedora del conductor no es el único cambio que se percibe al ingresar. Pese a los cerca de 28 grados que a esa hora hay en Santiago y que muchos pasajeros van al interior –incluso varios están de pie- hay una temperatura agradable, ya que el bus tiene aire acondicionado.
La escalera para subir al segundo piso está a la derecha al principio del bus. Es un espacio estrecho donde sólo cabe una persona: alguien sube o alguien baja, difícilmente podrían hacerlo los dos al mismo tiempo.
En la parte inferior de la escalera, en una de las paredes, hay una pantalla que muestra la situación de la parte de arriba. Así, los pasajeros pueden observar si ya está lleno o aún hay espacios disponibles sin tener que subir o asomarse.
"Aquí hay un asiento para la señorita", dice otro funcionario de Metbus, encargado de la seguridad y el orden del segundo piso. Tercera fila, ventana. Así comienza mi recorrido por la nueva atracción de la Alameda.
Cristales limpios
Al pasar por los paraderos, el bus de dos pisos genera confusión. Las personas observan el letrero luminoso 424 ubicado en la parte frontal de la micro, pero dudan antes de subir.
Algunos ingresan de todas formas, otros lo hacen para conocer la nueva atracción.
En el segundo piso, las ventanas ofrecen una vista del centro de la ciudad un poco más panorámica. Además, no hay manchas ni grafittis en los cristales.
El aire acondicionado sale desde unas ranuras en el techo que está sobre el asiento de la ventana. No obstante, no es como el de los buses interurbanos: no se puede apagar ni regular.
Los asientos son acolchados y hay pasamanos con botones para indicar que quieres descender en el paradero. Cada fila de asientos tiene dos puertos USB al medio para cargar el celular. El mío no funcionaba, pero otros pasajeros sí lo utilizaban.
A paso lento
La velocidad máxima permitida para este bus es de 50 kilómetros por hora, aunque el monitor asegura que en promedio realiza su recorrido a 25 kilómetros por hora. Esto, y el tiempo que toma descender a los pasajeros desde el segundo piso, hacen que el servicio sea bastante más lento que las otras máquinas o que el Metro. Entre Las Rejas y Universidad de Chile, el bus se demoró alrededor de 45 minutos, casi media hora más de que lo que le toma al Metro.
Sorprende lo estable que se siente viajar en el segundo piso. Dos mujeres de tercera edad subieron sin mayores problemas las escaleras e incluso dos vendedores ambulantes –uno con helados y otro con agua- recorrieron la segunda planta con el bus en movimiento. Tuvieron suerte de no medir más de 1.70 metros, sino el techo los hubiera obligado a doblar su cuello.
El viaje en el nuevo bus de dos pisos es mucho más agradable que los trayectos en las actuales máquinas del Transantiago. Sin embargo, hay que tomar en cuenta algunas cosas.
El recorrido que realiza este plan piloto es recto, es decir, en ningún momento el bus debe realizar algún viraje en las muchas veces estrechas calles del centro de Santiago.
Además, el servicio sólo está funcionando por el momento en horario valle, entre el mediodía y las 16:00 horas. Si ahora le toma 45 minutos realizar el recorrido, es de esperar que en la hora punta demore más. No sólo por la congestión en las vías, sino además por la mayor cantidad de gente que utiliza el transporte público a esas horas, lo que hará más difícil la movilidad dentro de un bus de dos pisos.
A pesar de lo anterior, el primer viaje de este bus "londinense" es una experiencia distinta a la que estamos acostumbrados los capitalinos. La única parte negativa del trayecto, fue el final: descender y enfrentarse de golpe al calor que espera afuera.