SANTIAGO.- Hace casi dos meses, el antes elusivo empresario Andrónico Luksic se hizo parte de una de las comunidades más críticas y escépticas del país: Twitter. Desde entonces, uno de los hombres más rico de Chile ha mostrado una cara antes desconocida para la ciudadanía y ha estado accesible para responder a opiniones, comentarios e incluso bromas.
Estrenada el 26 de enero de este año, la cuenta fue creada por Luksic para expresar su apoyo a los afectados por la situación que en esos días acaparaba la atención de la ciudadanía y los medios: los incendios forestales.
Los días pasaban, y el presidente de Quiñenco compartía noticias y comentaba sobre diversos temas de actualidad, entre los que se encontraban la llegada de los aviones antiincendios SuperTanker e Ilyushin, las elecciones presidenciales, el desempeño del Gobierno y las instituciones, el Transantiago e incluso el deporte chileno.
De a poco, su cuenta en la red social se fue haciendo conocida -hasta ahora el empresario tiene más de 66 mil seguidores- y otros usuarios comenzaron a enviarle mensajes, felicitarlo e increparlo. Luksic no se quedó atrás, y comenzó a responder a varios de ellos.
Subirse al carro
Para el académico de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Católica, Sebastián Valenzuela, "los grandes empresarios hace tiempo que son líderes de opinión acá en Chile y en el resto del mundo, y eso implica que se espere de ellos que comenten no sólo de negocios, de economía, de sus empresas, sino que también de otras esferas en las que participan y tienen influencias (...) Yo creo que lo que Luksic está haciendo es subiéndose a este carro a través de Twitter".
Esta red social para el experto es una herramienta, ya que a diferencia de otras con más usuarios como Facebook, permite llegar a un público amplio, pero sin los costos o riesgos de la comunicación cara a cara o de una estratégica pública a través de los medios.
"La pregunta es cuán sostenible es esto en el tiempo y con qué frecuencia. Si él comenzara a hacerlo con mucha frecuencia, se acercaría a un empresario como Farkas. Lo acusarían probablemente de populismo y perdería credibilidad"
Sebastián Valenzuela
"Él se dio cuenta que muchos esperan que él opine públicamente, que asuma su poder públicamente y entonces está probando con Twitter. Y yo creo que lo está pasando bien", aseguró Valenzuela.
En ese sentido, el académico comentó que Luksic "tiene un estilo bien conversatorio, más que transmitir mensajes unilaterales e incluso se hacía cargo de varias críticas. Yo también sentí que él estaba siendo selectivo en algunos temas, es verdad que ha estado comentando la contingencia, pero no todo. Y también es bastante selectivo en los comentarios que responde".
Este estilo, explicó, lo diferencia de otros empresarios o políticos en la red social, que la utilizan más como un medio para emitir informaciones u opiniones, sin mucha interacción.
Reuniones vía Twitter
El 16 de febrero comenzó una conversación entre Luksic y Hugo Vargas, el fundador de una pyme llamada Desteel. Vargas le solicitó a través de Twitter consejos para continuar con su emprendimiento, a lo que el empresario le pidió su correo para poder comunicarse directamente con él.
Ayer, una reunión se llevó a cabo entre ambos, siendo la primera gestada a través de Twitter por Luksic.
Para Valenzuela, el caso Caval le abrió los ojos al empresario sobre la opinión que la ciudadanía tenía sobre él. Luksic se vio involucrado en el caso al mantener una reunión, como vicepresidente del Banco de Chile, con el hijo de la Presidenta Michelle Bachelet, y su señora, Natalia Compagnon, tras lo cual fue aprobado un millonario crédito.
"Él es una figura pública que tiene poder y yo creo que le costó bastantes años darse cuenta que si uno tiene poder en la sociedad del siglo XXI en un país como Chile no puedes quedarte callado o solamente hablar cuando te convenga", señaló el profesor de la UC.
Agregó que el caso Caval le demostró el riesgo de no tener una construcción de imagen previa. "En ese sentido hace mucha lógica el estilo que está teniendo él en Twitter y el que esté haciendo estas acciones", como juntarse con el emprendedor.
"La pregunta es cuán sostenible es esto en el tiempo y con qué frecuencia. Si él comenzara a hacerlo con mucha frecuencia, se acercaría a un empresario como Farkas. Lo acusarían probablemente de populismo y perdería credibilidad", sostuvo Valenzuela.
Aún así, afirmó que "las redes sociales son una excelente herramienta para construir y proyectar una imagen particular y en la medida en que él sea consistente con este modo conversacional, con que evite caer en guerrillas tuiteras, se mantenga en los temas en los que él domina, es muy probable que mejore su imagen en algunas personas, en las personas que lo siguen".
