SANTIAGO.- Poco más de treinta expertos y ex diplomáticos se reunieron este lunes con un objetivo: conformar la comisión de Relaciones Exteriores del comando de campaña del ex Presidente Sebastián Piñera.
Si bien fue la primera cita formal del grupo, algunos ya venían trabajando en la visión que tenían sobre la política exterior de Chile, al alero de la Fundación Avanza Chile. Esta semana, ese equipo original finalmente se amplió y quedó integrado por 33 personas, incluyendo a cinco coordinadores, señala
El Mercurio.
Ellos son el presidente de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, el UDI Hernán Larraín; el ex senador RN y ex embajador en España Sergio Romero; el ex embajador en Naciones Unidas durante el gobierno de Piñera, Octavio Errázuriz; el abogado e integrante del equipo de defensa ante Bolivia en La Haya, Hernán Salinas; y la abogada y experta de la Fundación Jaime Guzmán en temas internacionales, Beatriz Corbo.
Por su parte, el secretario ejecutivo de la instancia es Rodrigo Yáñez, ex asesor del "segundo piso" de Piñera en temas internacionales.
Otros integrantes son el ex ministro de Justicia, Teodoro Ribera; los ex embajadores Luis Winter, Pedro Suckel, Adolfo Caraffi y Jorge Canelas y otros ex colaboradores del gobierno de Piñera.
La cita del lunes comenzó con la distribución de un documento, en que se establecen los principios para elaborar una propuesta, que se incluirá en el programa de gobierno del ex Mandatario.
"Hay cosas por definir: cómo desarrollar nuestra política multilateral, qué hacer con respecto a los organismos a los que pertenecemos —Naciones Unidas, OEA—, cómo mejorar la efectividad y cuál va a ser lo nuevo que vamos a aportar en esos temas", explicó Larraín.
Demandas en La Haya
Al inicio de la cita, Yáñez hizo una presentación en que expuso la agenda 2018-2022. En ella existe un ítem de "fronteras, recursos naturales y resolución de controversias".
En este último punto, se menciona el Pacto de Bogotá, la Corte Internacional de Justicia de La Haya y el tribunal del Ciadi, sobre controversias con inversionistas extranjeros (ver recuadro).
El Pacto de Bogotá es un instrumento firmado por los países de la región para resolver pacíficamente sus controversias. Y menciona a la Corte Internacional de La Haya como uno de los mecanismos. Así, si un país demanda a otro en dicho tribunal, el demandado está obligado a validar tanto la demanda como el fallo de la corte.
El debate sobre abandonar el pacto se abrió a principios de 2014, tras la sentencia de La Haya que otorgó a Perú una parte del mar chileno. En ese momento, el entonces Presidente Piñera hizo una advertencia: "Chile tendrá que evaluar si se mantiene o retira del Pacto de Bogotá".
Desde la oposición, la postura era favorable a retirarse, pues la evaluación apuntó a que la corte había fallado considerando no solo elementos jurídicos, favoreciendo a Lima. Situación que podría repetirse, era el argumento, en la demanda que ya había presentado Bolivia en busca de una salida al mar con soberanía.
La opción del nuevo gobierno de la Presidenta Bachelet, sin embargo, fue mantenerse. Una de las razones: al definir la salida del pacto, existe el plazo de un año para que el retiro se concrete definitivamente, lo que podría incentivar la presentación de nuevas demandas contra Chile durante ese período.
En medio de dicho debate, el senador Larraín dijo en marzo del 2016: "Llegó la hora de ponerle punto final a esta situación, empezando por retirarnos del pacto".
Ahora, tras la reunión del lunes pasado, Larraín señala que "no hay una decisión tomada, pero hay que tomar posición a efectos de si se va a promover la salida del Pacto de Bogotá o no".
Enfrentar a Evo Morales
Este debate va en línea con otro punto conversado en la comisión: evitar que las disputas con Bolivia "capturen" la política exterior del país. Sobre todo, considerando que el fallo por la demanda marítima sería entregado durante el próximo gobierno.
Así, según comentaron algunos integrantes, es necesario elaborar una estrategia para desactivar los "inventos jurídicos" del Presidente de Bolivia, Evo Morales.
Así, se espera un diseño más proactivo de Chile para limitar sus ofensivas. "Que no permee foros internacionales", dicen en el grupo.
Democracia y Venezuela
Otro aspecto abordado en la presentación apunta al enfoque para la "aproximación vecinal", sobre la base de los conceptos de "democracia", "integración energética" y "cooperación triangular".
En este contexto, en el equipo del comando existe una evaluación crítica de la posición asumida por el gobierno de Bachelet ante la crisis en Venezuela. "Debe haber una Cancillería propositiva y con lineamientos definidos; el caso de Venezuela es un ejemplo, se actuó reactivamente", indicó Sergio Romero.
Así, uno de los caminos discutidos para "devolver la legalidad internacional" a Venezuela —luego de que anunciara su retiro de la OEA— es solicitar el respaldo de la ONU.
La idea abordada el lunes es pedir que el secretario general de la ONU convoque a un grupo de países que encamine a Venezuela de vuelta al organismo hemisférico. Siempre, considerando la aplicación de la Carta Democrática Interamericana.
"Venezuela sería el primer país en retirarse, la reunión de cancilleres debe celebrarse y exigirle el restablecimiento del Estado de Derecho y la democracia", agregó Romero.
Alianza del Pacífico
Otro de los puntos destacados en la reunión del lunes fue reforzar una estrategia de exportaciones diversificadas y que incluya servicios. También se trabajará para potenciar la Alianza del Pacífico, bloque integrado por Chile, Perú, Colombia y México que promueve el libre comercio, donde Santiago podría retomar la presidencia temporal.
Además, Apec de 2019 —que se realizará en Chile— es visto como una "oportunidad central" para la política exterior.