SANTIAGO.- La Presidenta Michelle Bachelet lo prometió por primera vez oficialmente hace tres años, el 20 de agosto de 2014, mientras celebraba en Chillán el natalicio de Bernardo O'Higgins: la ciudad se convertiría en la capital de la decimosexta región del país, la de Ñuble.
"Al enviar este proyecto de ley estamos sentando las bases institucionales para el mejor desarrollo de esta región. Este es un primer paso, pero nosotros nos comprometemos a trabajar hasta que esto sea una realidad", afirmó ese día.
Un año después, en la Universidad del Bío Bío, celebrando el mismo evento, firmó el proyecto de ley que materializaba esa promesa.
Luego de 680 días de discusión en el Congreso, y de pasar incluso por el Tribunal Constitucional, finalmente el pasado 2 de agosto la región fue aprobada y hoy, en la víspera de un nuevo 20 de agosto en la Casa del Deporte en Chillán, ella fue quien firmó el decreto para crearla.
Los números
La región tendrá un año para conformarse a partir de hoy, a diferencia de las regiones creadas en 2015, que sólo tuvieron seis meses. Para septiembre de 2018, deberá contar con un intendente y tres gobernadores para las nuevas provincias: Punilla, Itata y Diguillín.
En términos de extensión, la nueva región será la de menor territorio en todo el país, quedando con dos mil kilómetros cuadrados menos que la Metropolitana, y se quedará con el 22% de la población de la antigua Región del Biobío, alrededor de 440 mil habitantes.
La nueva región implicará un gasto fiscal anual de $ 16.831 millones, y gastos únicos de $ 2.065 millones.
Una petición popular cuestionada
La idea nació como una idea de la población hace al menos veinte años, que fue recogida por parlamentarios hace un lustro.
Los habitantes del territorio se sentían diferentes culturalmente al resto de las comunas de la zona, además de percibir un desmedro en favor de la actual capital regional, Concepción, uno de los núcleos urbanos más desarrollados del país, industrial y demográficamente.
Hoy hemos logrado un instrumento para desarrollar un territorio que tiene historia, tradición, identidad y un destino común
Senador Víctor Pérez
La idea no fue aprobada de manera transversal por todos los parlamentarios durante sus trámites legislativos, ni tampoco por todos los habitantes de la actual región, aunque quienes están descontentos son un grupo menor a quienes lo aprueban.
La mayor crítica es que separar a Ñuble de las demás comunas debilitará la Región del Biobío, y que significará un costo demasiado alto. La independencia significa que ambas regiones tendrán que ser capaces de autosustentarse sin la otra.
No obstante, los beneficios que se esperan son variados.
Aumento de recursos y empleos
Uno de los más evidentes es el impulso económico y la generación de empleos.
El incremento de los recursos destinados a la nueva región rondará los $18 mil millones para el primer año, y se reflejará en un aumento del Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), cuyo desempeño se puede observar en las regiones que se formaron recientemente: Arica y Parinacota, y Los Ríos. La primera registró un aumento de 800% entre 2005 y 2014.
Además, la región requerirá la creación de nuevos cargos estatales y el aumento de los funcionarios públicos. El rango está cifrado entre 500 y 1.700 nuevos empleos públicos, debido a que cada cartera y departamento estatal debe tener su propio representante regional.
Otro punto que genera expectativa es que la nueva oferta laboral disminuya la fuga de capital humano de las ciudades que compondrán la nueva zona administrativa. Este dinamismo también podría reactivar la economía, potenciar el emprendimiento local y el comercio.
Quienes se mostraron preocupados desde el principio fueron los pescadores artesanales de la zona, que podrían verse perjudicados con los nuevos límites. Finalmente, se aprobó que los trabajadores inscritos en el Registro Pesquero Artesanal de la actual Región del Biobío podrán operar en ambas regiones. Además, deberán compartir el puerto.
Autónomos de Santiago (y Concepción)
En términos de descentralización, el hecho de que la región considere tres nuevas provincias implica que las reparticiones ministeriales y estatales deberán asentarse en cada una de ellas, generando mejor equilibrio con las ciudades más grandes del Biobío.
Responde a la necesidad de potenciar un territorio rezagado. El problema de la región de Ñuble era el centralismo nacional, pero también el centralismo regional de Concepción
Senador Felipe Harboe
Asimismo, muchos servicios deberán instalar sedes en las nuevas circunscripciones, agilizando y acercando trámites para quienes debían recurrir a menudo a Concepción.
El aumento de recursos vendrá acompañado de mayor autonomía en la gestión de dichos fondos, y en cómo ejecutar de forma más rápida planes, programas y soluciones diseñadas especialmente para los problemas de la zona.
Atractivos turísticos propios
En cuanto al turismo, la región cuenta con muchos atractivos turísticos, como las Termas de Chillán, que cuentan con pistas de esquí y casino; las playas de Cobquecura y Buchupureo, famosas por atraer surfistas; o San Fabián de Alico, visitado por poseer paisajes todavía sin intervenir.
Al separar administrativamente la región, se espera que las actividades turísticas potencien directamente la economía en esos sectores.