SANTIAGO.- "Hoy es un día importante para Chile", dijo este lunes la Presidenta Michelle Bachelet, al iniciar el discurso con el cual presentó el proyecto de ley que tipifica el delito de incitación a la violencia, con el cual se busca poner límites a las agresiones por motivos sexuales, de raza o religiosos, entre otros.
Durante la ceremonia realizada en el Salón Montt Varas del Palacio de La Moneda, la Mandataria recalcó que con la iniciativa "estamos reivindicando los principios esenciales que sustentan la democracia de nuestra República: la diversidad, la tolerancia, el respeto y, sobre todo, una cultura de paz".
En ese contexto, Bachelet señaló que "Chile tiene razones no sólo culturales, sino también de su propia historia reciente, para dar este paso. Sabemos perfectamente cuál es el duro precio que paga una sociedad cuando sucumbe a la división y a la violencia por causa de las ideas, la raza o la religión".
"Y esas heridas, que aún nos duelen, deben ser también la base de nuestro aprendizaje y de nuestro compromiso con el respeto al otro", añadió, en referencia al quiebre generado tras la dictadura, luego de lo cual a su juicio "hemos reafirmado el valor intransable de aquello que promueve nuestra vida como comunidad de iguales".
Según la jefa de Estado, "eso significa diversidad, significa respeto, significa protección y garantías en materia de derechos. Significa apreciar las diferencias y erradicar odiosidades que dañan nuestra convivencia y ponen en riesgo la integridad de diversos miembros o comunidades de nuestra sociedad".
En esa línea, lamentó que esa mirada de tolerancia "es permanentemente vulnerada por aquellos que eligen la arbitrariedad contra sus semejantes. Con dolorosa frecuencia nos enteramos de casos de agresiones, verbales, físicas o psicológicas, motivadas por la orientación sexual, la religión o la nacionalidad de la víctima".
"Aún resuena en nuestra memoria el horroroso crimen en contra de Daniel Zamudio, asesinado brutalmente por el solo hecho de ser gay. Ataques como éste, basados en el prejuicio y la intolerancia siguen repitiéndose y diariamente vemos cómo en otros países se han vuelto a levantar consignas del odio, la xenofobia y el racismo", añadió.
La gobernante sostuvo que "es por ello que hoy firmamos el proyecto de Ley que tipifica la Incitación a la Violencia: para que difundir mensajes odiosos, sembrar la división entre los miembros de nuestra sociedad tenga la sanción que corresponde".
Detalles de la medida
El proyecto de ley firmado por la Presidenta incorpora un nuevo artículo al Código Penal, que castigará a quienes inciten de forma pública o a través de medios que puedan ser difundidos a la violencia física en contra de una persona o un grupo en base a su raza, origen étnico, sexo, orientación sexual, religión o creencias.
Quienes cometan este nuevo delito, serán sancionados con hasta 540 días de cárcel y una multa de hasta 50 unidades tributarias mensuales, es decir, más de $2,3 millones. En tanto, si quien incurre en ello es funcionario público en el ejercicio de sus funciones, la pena de cárcel podrá llegar hasta los 3 años.
Asimismo, también propone hacer responsable a las personas jurídicas que emitan mensajes de odio y derogar la norma de la Ley de Prensa que sólo sanciona con multa a los medios de comunicación que publiquen o transmitan mensajes de odio u hostilidad.
En ese punto, Bachelet explicó que "acá yo quiero ser muy precisa, porque no va a faltar quien diga que se trata de un tipo de “censura” o limitación a la libertad de expresión. Y no, no estamos hablando de limitar una libertad garantizada por nuestra Constitución y por instrumentos internacionales".
"Sino de introducir marcos mínimos de responsabilidad frente a la sociedad, evitando expresiones y llamados a la violencia que dañan o menoscaban a personas o grupos de manera arbitraria. Y éstos son los estándares internacionales que se usan para garantizar que no se cometan abusos en este sentido", recalcó.
Al finalizar el acto, la Mandataria celebró que "estamos reivindicando a la sociedad chilena como una patria crecientemente intercultural y diversa, respetuosa de las diferencias y de la integridad de cada uno de quienes la constituyen", agradeciendo el respaldo de parlamentarios de distintas corrientes a la medida.