Rosa María Maggi, Ministra de la Corte Suprema.
El Mercurio (Archivo)
SANTIAGO.- En diciembre próximo la orgánica de la Corte Suprema cambiará después de dos años cuando el pleno del máximo tribunal elija a su nuevo presidente.
A tres meses de esa votación, en el Palacio de Tribunales ya se empiezan a escuchar las posibles cartas para suceder al ministro Hugo Dolmestch, pero aún no existen certezas y entre los nombres que se barajan hay una novedad: Rosa María Maggi.
Su postulación surge en un contexto especial entre las máximas antigüedades que por tradición tendrían prioridad en la competencia.
Los ministros que llevan más tiempo en el Poder Judicial, Patricio Valdés y Hector Carreño, cumplirían 75 años -la edad límite para ser jueces- antes de completar el siguiente período. Además, este último hace una semana bajó su candidatura, lo que causó sorpresa entre los magistrados, ya que era una opción fuerte para encabezar el cargo. El otro miembro de la lista, Carlos Künsemüller, según informó El Mercurio este domingo, comentó a sus pares que no estaba dispuesto a ser presidente.
En la carrera queda Haroldo Brito, el más antiguo de los candidatos, pero el mismo diario señaló que algunos han vetado su postulación por su relación con Lya Cabello, fiscal judicial de la Corte Suprema. Le sigue Guillermo Silva, quien también podría obtener preferencias si decide acceder al puesto y luego la ministra Maggi, quien concentra los votos que dejó Carreño.
Rosa María Maggi
La actual ministra de la Corte Suprema cumplirá 71 años el 14 de septiembre. Está casada, es católica y se tituló de abogada en la Universidad de Chile en 1972 con la memoria "Organizaciones de trabajadores en las empresas del Gran Santiago".
Durante 12 años trabajó como jueza civil en la capital y luego ocupó un cargo en la Corte de Apelaciones de Rancagua.
En 2009 la abogada, que es experta en materia civil, ingresó al máximo tribunal tras la proposición de la Presidenta Michelle Bachelet. Así se convirtió en la cuarta mujer en integrar las salas de la Suprema. En ese momento, el Senado ratificó su designación por 31 votos a favor y una abstención por parte del socialista Jaime Naranjo.
En ese contexto, en una entrevista con El Mercurio, aseguró que no le gustaba "la diferenciación, porque también es una forma de discriminación", refiriéndose a la distinción entre hombres y mujeres en el cargo.
Aunque se le vincula con el ala más conservadora de la Corte Suprema, su trayectoria profesional hace que sea una figura respetada dentro del supremo tribunal, generando consenso entre sus pares.
En el currículum de la posible sucesora de Hugo Dolmestch, se destaca además que lideró la reforma a la justicia de familia, dedicándose a causas ligadas a menores de edad que son derivados al Sename.
Con sus 45 años de carrera en el Poder Judicial, la magistrada es una de las cartas fuertes en la competencia para el sillón presidencial de la Corte Suprema. Puesto que se llevará a cabo con la entrada de un nuevo Presidente de la República y que se extenderá hasta el año 2020.