SANTIAGO.- La ministra de Educación, Adriana Delpiano, reveló ayer que están buscando un administrador de cierre para la Universidad Iberoamericana, la que enfrenta una grave crisis financiera que ha afectado el normal desarrollo de las clases en ese plantel. "Hemos estado buscando administrador de cierre de la universidad, no hay condiciones financieras para mantener la universidad", declaró ayer la ministra.
Luego de realizar una investigación que se extendió por cerca de siete meses, el Mineduc elaboró un informe donde se formulan los cargos de incumplimientos reiterados de sus compromisos financieros y económicos, y de sus compromisos académicos. Ahora sólo resta que el plantel entregue sus descargos, aunque su destino parece estar sellado.
De confirmarse esta medida, la universidad privada se convertiría en la tercera que es cerrada por el Mineduc –tras la U. del Mar y la U. Arcis– y la segunda bajo la nueva Ley de Administrador Provisional y de Cierre.
La crisis en la U. Iberoamericana –fundada en 1989 y hoy acreditada por dos años– estalló en marzo pasado, cuando el plantel informó a sus alumnos que se atrasaría el inicio del año escolar. Luego vino la renuncia del rector y se conoció de una compleja situación financiera, con una deuda que se eleva a más de $2 mil millones, ocasionando el no pago de sueldos a académicos y funcionarios y el incumplimiento de los compromisos con proveedores.
Si bien en la U. Arcis también el problema fue financiero, en ese caso el Mineduc optó por nombrar primero un administrador provisional, dando un plazo de dos años para intentar recuperar al plantel, y sólo una vez que la justicia decretó la quiebra –en febrero de este año– nombró uno cierre. Mientras que en la U. Iberoamericana se procederá directamente al cierre sin pasar por un administrador provisional. ¿A qué se debe esa diferencia?
Más consenso en la U. Iberoamericana sobre el cierre
La razón pasaría por que, aunque ambos planteles atraviesan una crisis económica, en el caso de la U. Iberoamericana eso ha provocado además que la propia universidad no pueda seguir entregando adecuadamente el servicio educativo. De hecho, los alumnos durante este año han estado meses sin clases por no contar con profesores ni campos clínicos, y el segundo semestre se acaba de iniciar este lunes con varias semanas de retraso. En cambio, en la U. Arcis, en el momento en que se nombró el administrador provisional no había clases porque los alumnos estaban en paro, no por una imposibilidad de la institución.
Además, se observa que en la U. Iberoamericana habría un mayor consenso de parte de la comunidad universitaria en torno a la conveniencia de que se decrete el cierre el plantel. De hecho, los estudiantes han manifestado que prefieren ser reubicados en universidades estatales. De ser así éstos podrían acceder a una beca de reubicación. En cambio, en la U. Arcis los alumnos se resistieron primero al cierre y luego la mayoría ha preferido concluir su carrera en la misma universidad, debido a la alta identificación que tienen con ésta.
Ayer, consultada por la opinión de los estudiantes de la U. Iberoamericana, que sentían que se estaba dilatando el cierre, la propia ministra señaló que "por eso es que hemos dicho administrador de cierre y no administrador provisorio; yo estoy hablando de administrador de cierre, no le vamos a dar la vuelta".
También hay que considerar que, en la práctica, un administrador de cierre tiene más atribuciones que uno provisional en algunos temas, por ejemplo, para administrar los bienes de la universidad, lo que permitiría ordenar la situación económica para posibilitar el pago de sueldos a docentes y que parte de los alumnos puedan terminar sus estudios en ese plantel.
Tras el informe del Mineduc, la U. Iberoamericana debe entregar sus descargos, aunque todo parece indicar que el ministerio mantendrá su decisión de decretar el cierre. Una vez que la cartera formalice la resolución, ésta debe ser ratificada por el Consejo Nacional de Educación (CNED). Tras esto, corresponde nombrar un administrador de cierre, el que debe entregar un plan que contemple fórmulas para que los alumnos puedan terminar sus carreras, en el propio plantel o ser reubicados en otras instituciones.