SANTIAGO.- "Allá está don Jorge Andrés. Él me conoce. Yo lo conozco. Conocí a su papá a su mamá. Ellos estuvieron en mi casa, compartimos. No tengo ningún problema con los Luchsinger, con ninguno de los Luchsinger", dijo la machi Francisca Linconao ayer durante su intervención ante el Tribunal Oral en Lo Penal de Temuco, mientras miraba al hijo del matrimonio muerto el 3 de enero de 2013, en su fundo de Vilcún, región de La Araucanía.
Eran sus últimas palabras antes de que los jueces de la Segunda Sala, José Rau (presidente), Patricia Abollado y Luis Torres, se retiraran a deliberar para entregar su veredicto fijado para hoy a las 10:00 horas.
El juicio por el crimen de Werner Luchinger y Viviane MacKay se convirtió en un caso emblemático en la región, no sólo por la forma en que se llevó a cabo el ilícito, sino también por la relevancia que tomó a nivel nacional.
Durante este tiempo se presentaron en estrado 144 testigos, 44 de los cuales eran de la Fiscalía y 100 de las defensas de los 11 imputados, a lo que se suman decenas de informes periciales.
Rechazo de arma
La instancia judicial estuvo marcada por varios hitos desde su comienzo, el pasado 21 de agosto. De hecho, ese día mismo día ocurrió el primero: los magistrados ordenaron que se entregara un desayuno a los imputados.
Esa misma jornada vino el segundo, el rechazo una de las consideradas "prueba clave" para la Fiscalía, un arma de fuego incautada en la Región del Biobío y que, de acuerdo a los peritajes, fue utilizada en el crimen contra el matrimonio.
Estaban conscientes
Durante su alegato de apertura, el fiscal del caso, Alberto Chiffelle, reveló un dato estremecedor. Aseguró que el matrimonio estaba con vida cuando fueron alcanzados por el fuego que habría sido provocado por los imputados.
"Las pericias van a probar en este juicio que ellos estaban vivos e incluso conscientes", afirmó.
El profesional añadió que los acusados usaron acelerantes "que hicieron subir la temperatura a más de 900 grados Celcius, provocando la destrucción total del inmueble y dejando intencionalmente al matrimonio al interior, provocando la muerte de ambas víctimas por carbonización".
Traslado de Celestino Córdova
Otro de los hitos que llamó la atención fue el traslado del machi Celestino Córdova –el único condenado por el crimen a 18 años de cárcel,- desde la penal de Temuco hasta el Hospital Intercultural de Nueva Imperial.
Eso ocurrió el 13 de septiembre pasado, en pleno juicio por el doble crimen. Su abogado, Jorge Guzmán, aseguró que el reo sufre de una enfermedad que obliga a mantenerlo internado por cierto periodo de tiempo.
"El tratamiento que debe tener el condenado Córdova Tránsito debe ser igual que el de cualquier persona que está privada de libertad por una condena de un delito tan atroz como el que cometió", expresó.
Huelga de hambre
El 25 de septiembre pasado se informó que los imputados por el caso Juan Tralcal, Luis Tralcal y José Tralcal, iniciaron una huelga de hambre, en medio del juicio.
La decisión fue adoptada en apoyo a los cuatro comuneros mapuches que en ese minuto cumplían 100 días en la misma medida, luego de ser acusados de quemar una iglesia en Padre Las Casas.
Al interior de ésta había feligreses en un culto, por lo que la Fiscalía los acusó de delito terrorista. La medida fue revertida días después.
Edad mental
El abogado Pablo Ardouin, quien representa a José Peralino, aseguró en su alegato que éste tiene una edad mental de un niño de 12 años.
También aseguró que éste proviene de un ambiente de vulnerabilidad social, familiar y mental, lo que, a su juicio, habría sido aprovechado la PDI para incriminarlo en el crimen.
"Es imposible que José Manuel, con su lenguaje, pueda prestar una declaración con las palabras que constan en la misma", señaló.
La afirmación fue confirmada por un peritaje sicológico elaborado por la sicóloga Patricia Condemarín, quien aseguró también que el imputado, considerado el testigo clave para la Fiscalía, además sufre de un retardo mental leve.